Revista Salud y Bienestar
Un nuevo tratamiento psicológico puede ayudar a las personas con síntomas inexplicables de dolor, debilidad y fatiga
Por Fat
Un nuevo tipo de terapia puede ayudar a las personas con síntomas tales como dolor, debilidad o mareo que no pueden ser explicados por una enfermedad subyacente, según un estudio publicado en la edición online de Neurology, la revista médica de la American Academy of Neurology. Estos síntomas, que también pueden incluir hormigueo, fatiga y adormecimiento, también se conocen como síntomas funcionales o psicogénicos. Estudios previos han demostrado que la terapia cognitivo-conductual intensa puede reducir la angustia e incapacidad en las personas con estos síntomas, pero hay obstáculos para la prestación de este tratamiento. Son muchos los que no creen que el tratamiento psicológico sea apropiado y se resisten a las remisiones a servicios de salud mental, además, los terapeutas entrenados en la terapia cognitivo-conductual no están disponibles en todas las comunidades.
La terapia cognitivo-conductual tiene como objetivo mejorar los síntomas físicos y el estado emocional, ayudando a los pacientes a comprender su dolencia y realizar cambios necesarios, así como a responder a sus síntomas.
Para el estudio, los investigadores de la Universidad de Edimburgo, Escocia, dirigidos por Michael Sharpe, desarrollaron un libro de autoayuda basado en la terapia, especialmente para los pacientes con síntomas físicos. Sesenta y dos personas se leyeron el libro y, durante tres meses, asistieron a un máximo de cuatro sesiones de guía con una enfermera en el consultorio de su neurólogo, además de su atención médica habitual. Este grupo fue comparado con el de 63 personas que recibieron sólo la atención médica habitual. La mayoría de los participantes también tenían diagnósticos psiquiátricos, tales como ataques de pánico, trastorno de ansiedad y depresión.
Después de tres meses, las personas que recibieron la terapia adicional experimentaron, aproximadamente, el doble de probabilidades de mejoras en su salud general que aquellos que no recibieron la terapia adicional. Un total de un 13 por ciento más que aquellos que recibieron sólo la atención habitual informó que su estado de salud estaba "mejor" o "mucho mejor".Después de seis meses, ya no existía una diferencia significativa en la mejora de la salud en general entre los dos grupos. Sin embargo, aquellos que recibieron la terapia adicional continuaron experimentando una mayor mejoría en sus síntomas que aquellos que recibieron la atención habitual, también en su funcionamiento físico. Además, estaban más satisfechos con su tratamiento.
Este estudio sugiere que la terapia cognitivo-conductual basada en la autoayuda guiada puede ser potencialmente útil en la mejora de la gestión de estos síntomas, afirma Sharpe. Este enfoque necesita más evaluación, pero puede ser un primer paso que podría ser eficaz y rentable a la hora de proveer más ayuda a estos pacientes a menudo descuidados, concluye el autor.
La terapia cognitivo-conductual tiene como objetivo mejorar los síntomas físicos y el estado emocional, ayudando a los pacientes a comprender su dolencia y realizar cambios necesarios, así como a responder a sus síntomas.
Para el estudio, los investigadores de la Universidad de Edimburgo, Escocia, dirigidos por Michael Sharpe, desarrollaron un libro de autoayuda basado en la terapia, especialmente para los pacientes con síntomas físicos. Sesenta y dos personas se leyeron el libro y, durante tres meses, asistieron a un máximo de cuatro sesiones de guía con una enfermera en el consultorio de su neurólogo, además de su atención médica habitual. Este grupo fue comparado con el de 63 personas que recibieron sólo la atención médica habitual. La mayoría de los participantes también tenían diagnósticos psiquiátricos, tales como ataques de pánico, trastorno de ansiedad y depresión.
Después de tres meses, las personas que recibieron la terapia adicional experimentaron, aproximadamente, el doble de probabilidades de mejoras en su salud general que aquellos que no recibieron la terapia adicional. Un total de un 13 por ciento más que aquellos que recibieron sólo la atención habitual informó que su estado de salud estaba "mejor" o "mucho mejor".Después de seis meses, ya no existía una diferencia significativa en la mejora de la salud en general entre los dos grupos. Sin embargo, aquellos que recibieron la terapia adicional continuaron experimentando una mayor mejoría en sus síntomas que aquellos que recibieron la atención habitual, también en su funcionamiento físico. Además, estaban más satisfechos con su tratamiento.
Este estudio sugiere que la terapia cognitivo-conductual basada en la autoayuda guiada puede ser potencialmente útil en la mejora de la gestión de estos síntomas, afirma Sharpe. Este enfoque necesita más evaluación, pero puede ser un primer paso que podría ser eficaz y rentable a la hora de proveer más ayuda a estos pacientes a menudo descuidados, concluye el autor.
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