Revista Cultura y Ocio

‘Un océano de amor’

Publicado el 23 marzo 2016 por Joaquín Armada @Hipoenlacuerda

Un oceano de amor Monsieur radio sol y nubes

Del altavoz de la vieja radio brotan nubes blancas y soles relucientes. Su luz ilumina la cara del miope pescador, hasta que el locutor cuenta cómo a mediodía la tormenta vencerá al sol y las nubes negras tuercen su sonrisa en un gesto de pesadumbre. Aún en pijama, Monsieur desayuna la crepe recién hecha por su esposa, preocupado por el mal tiempo que le espera en el mar. Es una rutina que intuimos repetida desde hace décadas en este matrimonio sin hijos. Con cuidado, la mujer – yo quiero creer que se llama María, como el barquito que espera al pescador en el puerto –  guarda en la tartera un puñado de latas de sardinas, indiferente a que a su marido las odie. La jornada, en fin, promete la seguridad de los días iguales, pero la gran aventura muda comienza nada más zarpar.

Un oceano de amor Maria esperando en el puerto

El lenguaje del cómic sin palabras sigue teniendo mucho en común con el ya extinto cine mudo – escribe Paco Roca en el prólogo “sacrílego” de ‘Un océano de amor’ -. En ellos es vital un perfecto dominio del lenguaje corporal, para lograr transmitir las emociones de los personajes, y un gran control de la narración, para conseguir solo con imágenes que la historia se comprenda en todo momento. Pero es tan difícil de hacer que solamente está al alcance de autores que dominen el medio“. Wilfrid Lupano y Gregory Panaccione lo han conseguido. Lupano ha escrito una narración original y divertida, repleta de palabras, aunque nos invite a descubrirlas gracias al dibujo cálido de Panaccione. No contaré mucho, solo lo esencial para despertar tu interés por esta historia romántica y disparatada.

Un oceano de amor Monsieur pez pequeño Wilfrid Lupano Gregory Panaccione

Pescador artesanal, Monsieur no lo tiene nada fácil. Cuando recoge sus redes, apenas encuentra un pez diminuto, demasiado pequeño para sus ojos de miope. Monsieur lo ignora, pero el culpable de que las aguas en las que siempre ha pescado se estén quedando sin vida está muy cerca. Antes de que pueda evitarlo, un inmenso arrastrero atrapa al ‘María’. El gigante ‘Goldfish’ arrasa con todo a su paso, dejando un rastro de peces y animales muertos. Primero asustado y luego muy muy enfadado, el pequeño pescador pide a gritos que le liberen. Y aunque a nosotros nos duelen los oídos por sus gritos sin palabras, los marineros del monstruo no se percatan de su última barbaridad cometida. Monsieur envía a su ayudante al puerto en un pequeño bote salvavidas, mientras lucha por liberar su barco. Cuando el joven llega al puerto, María descubre que su marido está perdido en el océano y, de golpe, la capa de rutina que cubre su amor desparece.

Un oceano de amor Monsieur y Goldfish

En la contraportada de Un océano de amorLupano y Panaccione nos regalan la receta de su libro: 650 gramos de proteínas (naufragios, tempestades, acción, poesía, viajes) y 350 de glúcidos (paisajes sublimes, melodrama). No hay lípidos (humor negro, moralismo) que se nos atraganten, pero sí un consejo de lectura más dramático de lo que aparece: “Consumir preferentemente antes de que el océano ya no nos haga soñar. Esa fecha está mucho más cerca de lo que creemos. Según un estudio de la Universidad de British Columbia (Canadá), la cantidad de peces pescados cada año es un 30% superior a la declarada oficialmente, así que el reconocido agotamiento del océano es en realidad menos conocido de lo que creemos. En el azar del mar, Monsieur y María nos descubren la belleza de lo artesanal y único en un mundo industrial y repetido. Nos revelan que toda una vida cabe en una crepe hecha por la persona amada.

Un oceano de amor la vida en una crepe

Para Anay, por lanzar botellas al mar.

Un océano de amor‘. Wilfrid Lupano y Gregory Panaccione.  Reservoir Books. Barcelona, 2015. 240 páginas, 24,90 euros.


‘Un océano de amor’

Volver a la Portada de Logo Paperblog