Imágenes sueltas de un día cualquiera, uno de esos días en los que no sucede nada especial, te levantas, compruebas que estas vivo, desayunas y sales a caminar. Que no pasen sin pena ni gloria los días cualquiera, porque son importantísimos por varios motivos:
En primer lugar porque son mayoría. Efectivamente, la mayor parte de nuestros días entran en la definición de “un día cualquiera”, así que ojo que hay que tenerles un respeto porque equivale a tenerle un respeto a nuestra propia vida.
En segundo lugar porque comparamos. Sí, esa es una misión importantísima de un día cualquiera, la de compararlo con un día malo para darle su justo valor, para ver qué bien se está cuando se está, sin más, sin zarandajas, sin reprimendas, sin falsas esperanzas.
En tercer lugar porque así es la vida. Así es, la vida consiste en vivir. Los acontecimientos importantes y fuera de lo común no suceden en un día cualquiera sino en un día especial. Por lo general la vida es bastante plana y todos tendemos a la rutina.
Debe haber más motivos, pero estos tres ya me parecen suficientes para entender la importancia de un día cualquiera. Lo mismo se puede aplicar a muchas otras cosas, una comida cualquiera, una noche cualquiera, unas fotografías cualquiera (como éstas de hoy. Si quieres ver algunas que se salen de lo normal aquí y aquí tienes un par de ejemplos).
No olvidemos que esencialmente nosotros no somos más que unos seres humanos cualquiera, por más que muchos de nosotros nos sintamos especiales y súper poderosos. No me sirve el tópico de que todos y cada uno de los seres vivos son especiales y extraordinarios y todas y cada una de sus acciones son únicas e irrepetibles porque sólo es una forma de destacar que somos efímeros y que las cosas que hacemos también lo son, una manera como otra cualquiera de animar al prójimo a vivir la vida intensamente porque de lo contrario se escapará de entre los dedos como la fina arena del desierto.
Por mi parte, me conformo con disfrutar de la serenidad y placidez de un día cualquiera. Los he conocido tan malos que hoy me parece estar en la gloria.