Revista Opinión

Un paraíso terrenal en “el Caribe brasileño”

Publicado el 10 mayo 2018 por Carlosgu82

 Un paraíso terrenal en “el Caribe brasileño”

El último verano, por fin pude concretar mi sueño de conocer Brasil. Quiero compartir mi experiencia en la hermosa Arraial do Cabo. Esta ciudad es llamada “la perla escondida de Brasil”, y tiene muy bien ganado este sobrenombre. Espero que la información sea útil para todos aquellos que están planeando visitar el gigante sudamericano y buscan nuevos destinos.

Primer día: Descubriendo el paraíso

Después de pasar unos días en medio del frenesí de Río de Janeiro, mi novio y yo continuamos nuestro viaje hacia el norte, más precisamente hacia la famosa “Regiao de los Lagos”. Desde la terminal, partimos en bus hacia Arraial do Cabo, ubicada a 3 horas de Río de Janeiro. Esta localidad solía ser parte de Cabo Frío, pero se independizó en 1965. Sólo se puede llegar a Arraial por colectivo o auto, ya que no cuenta con aeropuerto. El bus local cuesta 55R (empresa 1001) Llegamos al mediodía y me sentí un poco decepcionada: me pareció  un pueblo demasiado tranquilo, casi aburrido en mi impresión. Habíamos reservado una habitación en una pequeña posada en Praia dos Anjos. En mi opinión, esta ubicación fue estratégica porque desde Dos Anjos parten todas las excursiones hacia las islas cercanas.

Esa misma tarde, fuimos caminando hacia Praia do Forno. Después de subir y descender un pequeño morro, divisamos la playa. En ese momento olvidé mi desilusión inicial. Forno es un paraíso escondido: aguas muy claras y cálidas donde fácilmente se divisan cardúmenes y tortugas marinas. Pasamos la tarde haciendo snorkel, sorprendidos por la variedad de fauna marina que se podía divisar muy cerca de la costa. Recomiendo visitar esta playa temprano, porque como el lugar está rodeado de morros, el sol se pone a más tardar las cinco de la tarde. Esa misma noche, recorrimos la zona cercana al puerto. Me sorprendí gratamente por la tranquilidad que se sentía: la gente deja abiertas las puertas de su casa sin ningún temor y muchos acuden a la playa por una cena ligera. Probablemente, es un lugar demasiado calmo para aquellos que prefieren salir de fiesta a la noche, pero para quienes buscan relajarse y estar en contacto con la naturaleza, Arraial es la elección perfecta.

Segundo día: Explorando las islas

El segundo día, tomamos una excursión en barco. Estos paseos parten desde el puerto de Dos Anjos. Cuestan entre 60 y 80R, duran cinco horas y visitan las playas más hermosas de Arraial. Música moderna y la buena onda de los guías completan el recorrido. Fue una de las mejores experiencias que tuvimos durante nuestro viaje. La primera isla que visitamos era un paraíso terrenal: Ilha do Farol. La naturaleza se mantiene casi salvaje en este lugar ya que está protegido por la Marina brasilera. Solamente se puede acceder a través de las excursiones en bote y el lapso máximo de permanencia es de 40 minutos. Todos nos asombramos por la arena extremadamente blanca y las aguas turquesas. Era un escenario inolvidable.

Después de partir de Farol, la excursión continuó hacia las playas de Pontal do Atalaia y As Prainhas. En cuanto las divisé, entendí por qué Arraial es también llamado “El Caribe brasileño”. El color de las aguas iba desde el turquesa al azul profundo, con olas pequeñas ideales para nadar y practicar deportes acuáticos. Estas playas estaban mucho más concurridas que las primeras que visitamos, ya que no hay restricciones de tiempo y tanto los locales como los turistas llegan asiduamente.

El paseo en barco terminó en la playa que habíamos visitado el día anterior: Forno. Sin embargo, el color del mar había cambiado por la posición del sol, siendo más brillante en las primeras horas de la tarde. Recomiendo tomar esta excursión durante los días de semana, porque los sábados y domingos las playas están demasiado concurridas.

Tercer día: Prainha la linda

El tercer día, conocimos otra famosa playa de Arraial: Prainha. Está ubicada muy cerca del centro de la ciudad, pero es absolutamente hermosa. Algunos turistas tenían miedo de visitarla porque colinda con un barrio que creció cerca del morro, por lo que muchos lo confunden con una “favela”. Se los aseguro: el lugar es muy tranquilo. Hay varios restaurantes y puestos de comida a lo largo de la costa, donde se pueden degustar platos típicos por 30R. Recomiendo la feijoada y las empanadas de camarón. La playa en sí misma es maravillosa: amplia, con aguas muy claras perfectas para nadar o tomar un paseo en kayak. Para los que les gusta caminar, se puede seguir un sendero a través del morro ubicado a la derecha de Prainha y llegar a Gracainha, una playa pequeña que es el hogar de tortugas marinas.

Igual que en Praia do Forno, es conveniente ir temprano para poder disfrutar del mar antes de la puesta del sol.

Cuarto día: La cosmopolita Buzios.

Aunque Buzios no es parte de Arraial, está muy cerca y la incluí en mi relato porque es un lindo lugar para conocer. El bus local cuesta 5R y el recorrido es de una hora. Decidimos visitar el norte de la ciudad. Buzios es un destino muy turístico, lleno de tiendas, bares y pubs. La vida nocturna lo distingue sobre otras localidades cercanas. En mi impresión, es un lugar comercial y con demasiados visitantes apiñados por doquier. Sin duda, esta ciudad es la preferida de muchos por su atmósfera cosmopolita y pintoresca.

En cuanto a las playas, visitamos Joao Fernández, Azeda y Azedinha; todas muy cercanas entre sí. Aunque eran hermosas, a mi parecer no tenían la belleza de las playas de Arraial. Después del obligado baño, es costumbre tomar un paseo por la famosa Rua das Pedras, una calle al lado de la costa que es el centro obligado para reuniones y encuentros entre amigos. El ambiente es cálido y ameno. Hay varios locales de comida rápida que ofrecen bocadillos y postres al paso para degustarlos contemplando el atardecer. (Recomiendo los batidos de acaí, tan nutritivos como deliciosos).

No tuvimos tiempo de visitar el sur de Buzios, pero nos dijeron que la playa de Geribá es hermosa, con olas altas ideales para los surfers. Para quienes visiten la ciudad sin auto, hay traffics que van hacia los principales puntos y playas. Cuestan 3R. Para resumir, Buzios es una gran opción para aquellos que gustan de las salidas nocturnas y conocer gente nueva. Para los que buscan un tiempo de relax en playas casi vírgenes, Arraial es la mejor opción.

Quinto día: Diciendo adiós

Pasamos el último día en Arraial visitando de nuevo las playas que más nos gustaron: Forno por la mañana y Pontal do Atalaia por la tarde. Era sábado, por lo que nos encontramos con mucha más gente que durante la semana. Pero también había un ambiente más movido y divertido, ya que los fines de semana se organizan festivales en la playa y partidos de fútbol acuáticos. Para ir de una playa a otra, se pueden tomar lanchas – taxi por 15R.

Cerramos el día con un paseo por el centro de Arraial. Recomiendo las calles cercanas al puerto para comprar recuerdos y souvenirs. Un tip importante: no hay casas de cambio en Arraial. Las más cercanas se encuentran en Cabo Frío y en Buzios. Una opción: en el restaurante Acqua da Boca cambian dólares a 3R. Este local está detrás de la terminal y es una buena opción para evitar el viaje a las otras localidades.

Espero que esta pequeña guía les sea útil. Si tienen la oportunidad de conocer Arraial do Cabo, no duden. A mi parecer, es mejor ir por cuenta propia; es decir, sin contratar paquetes armados. Desde Río de Janeiro ofrecen excursiones de un día por 300R. Si bien incluyen el traslado, solamente toman el paseo en bote y regresan por la tarde. Para disfrutar del lugar y de sus asombrosas playas, es mejor recorrerlo sin apuros. Solamente hay un gran riesgo: no querer volver. Les aseguro que se van a encontrar perdidos en el paraíso.


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