Revista En Femenino

Un PARTO estreñido

Por Peineta

Si os soy sincera no tengo claro si iba a contar el parto o abertura de mi Huevo Kínder, pero después de tanto quejarme y tanto pedir parece ser que era lo lógico o eso me ha dejado caer una amiga mía. Así que este post semi-forzado se lo dedico a una de mi cuadrilla que está en pleno postparto de primeriza y la cual suele tener el detalle de leerme a menudo, y qué quieren que le diga a una eso le emociona.

Ya os digo desde ahora que no tuve una horita corta ni un parto “pedo”, aquello fue más largo que un día sin pan y más que pedo fue un estreñimiento de 16 horas en toda regla. Pa que parir prontito pudiendo pasarte día y medio allí dentro y conocerte tres turnos de médico pa qué…esa soy yo, ya que voy aprovecho y me tomo mi tiempo, oye que visto así no voy a parir nunca más y que no se diga que no le dedique tiempo y observación a la última vez que estuve en un matadero, perdón quería decir paritorio.

Ahora os diré algo la cosa empezó con tal ahínco y buen pie que poquito me faltó para autorizar a una que se yo que tuiteara algo, pero claro demasiado bonito hubieran sido esas tres horas sin epidural, saltando encima de la pelota y cantando a Enrique Iglesias…no me digáis porque pero lo hice y tengo compañeras blogueras que tienen audios de mi momento karaoke-contracción-gorgorito, pues eso que después de esas tres horas y apuestas locas de que en breve vería una cabeza….a desconectar casi del todo mi comunicación tecnológica, pedir una epidural y empezar el camino más largo de mi vida. Y sí, se me hizo eterno, porque ya no era primeriza y ya había cosas que si sabía que no iban, conocía la causa y la consecuencia, como ya dije en un post mejor no saber que saber demasiado.

Pero hoy vengo a cambiar algo de la historia de mis partos y a poner un poco de esperanza en todas aquellas que tenéis un mal recuerdo y os toca repetir, o aquellas que tenéis el miedo en el cuerpo, porque a pesar de mis 16 horas, todo lo que pase, que no fue poco y que no os esconderé. Salí sonriendo con una niña en mis brazos, y habiéndome sentido respeta, acogida y muy acompañada en ese camino estreñido. Espero emocionarme recordándolo porque será una cura más para mi alma de parturienta que no termina de ver el encanto al inicio de la maternidad.

Antes de nada decir que está vez cambie dos veces de ginecólogo, y sí, puede parecer una locura pero yo tenía claro que esta vez esa persona y yo nos teníamos que entendernos pero sobre todo dejar que el uno  y el otro gestionásemos pero siempre con respeto y consentimiento. Pues justo el día de mis correas y por una simple mirada y gesto supe que había acertado que aquello que en dos días sucedería iba a ser revisado por alguien especial y así fue, toda una fortuna. Y si no que se lo digan a mi periné ;-)

También me planteé escribir mi plan de parto y sobre todo después de visitar la clínica donde daría a luz, ya que me hicieron ver que ellos era algo que tenían en cuenta. En lugar de hacer un plan de parto al uso, simplemente hice un plan peinetero, es decir poner bien claro lo que NO quería, hay cosas por las que no estaba dispuesta a pasar en las mismas condiciones, esta vez las cosas tenían que ser distintas. Mi asombro fue que me encontré con un equipo HUMANO, que miraba mi plan de parto asombrado porque para ellas lo que yo pedía era básico y primordial, es más no entendían como había tenido algo tan inhumano y poco considerado en mi primer parto de novata. Por lo tanto segundo punto importante haz por enterarte que matronas o gente vas a tener en tu momento paritorio, son la clave, ellas son las que van a ayudarte, acompañarte y en mi caso sufrirte con todos tus vaivenes, mareos, achaques, miedo, llantos y bajadas de tensión. Gracias María, Rocío y Lucia no fui fácil y os di mucho curro lo sé.

Esta vez no pedí la epidural a gritos, ni ahorque a nadie, pero el destino me tenía guardada una mala jugada, no me pregunten porque pero de mi primer parto a este me han salido tabiques nuevos en la espina dorsal, o eso o el gobierno me ha castigado por instigadora y la droga sólo funcionada para el lado izquierdo, yo pensé esto me pasa por no votar a UPyD si no hubiera ido para los dos lados izquierda o derecha, para colmo no se me ocurre otra cosa que confesarle a la anestesista que conozco a la doctora jomeini, demasiada presión pa una aguja, estoy pinchando a una madre bloguera, tierra trágame. En fin no negaré que fue duro, que mi lado derecho estuvo tan dormido que hizo falta tres grúas para mover mis piernas, que pa colmo tuve esos efectos secundarios de la anestesia que son mareos, nauseas y escalofríos….pero oye me podía haber pasado una tuneladora por todo el toto que pal final ni me enteraba. Grosso error, al pujo señoras hay que llegar con cierta sensibilidad porque yo pensé, si sigo empujando sin sentir ni leches voy a sacarme un equipo futbol de almorranas. Por no decir que es muy difícil orientarte, yo por suerte en esos momentos conté con un gran conductor, mi ginecólogo. Que tuvo la santa gracia de avisarme con 2 min de antelación que la que iba a sacar a mi hija de su huevo kínder era yo, que moviera mi espalda que sino la niña de iba pa la palangana…yo!! La aprensiva, la que no quería espejo, la que nunca se creyó verse en esas, saqué a mi hija la puse encima de mi panza y llore durante 10 largos minutos sin compas ni pausa, aquellos 9 meses de terror y ese largo camino estreñido habían llegado a su fin. Lo de emocionarme y sentir otra vez que era madre lo dejé para un poco más tarde.

Jaio berri

Esta es la sorpresa que traía mi Huevo Kinder, os presento a mi ” Neskatilla”

Soy rara, quizás, pero llevaba mucho acumulado, guardado exprimido y ese momento fue demasiado fuerte para seguir conteniendo ese cóctel de emociones. Después la olí tanto como ella a mí, la miré y la remiré pero algo muy bueno me desconcentró, vale que yo estaba insensible pero mi gine ya se había cambiado de ropa y mis puntos??? En aquel momento recordé que la matrona me había susurrado al oído que no había episiotomía ni desgarro. Un final feliz para un cuento duro de digerir, no está nada mal. El pujo duro una hora pero está claro la razón por la que lo alargó mi gine, para darme el mejor de los finales. Lo de no tener puntos, señoras es  otro mundo paralelo, casi parecido al paraíso.

Mi cariño y agradecimiento a toda la planta de maternidad del hospital Cima, en especial a Rocío, por las horas que estuvo a mi lado sin desistir e intentado hacerme ver que todo iba a ser diferente a pesar de mi pesimismo y miedo, y al resto del equipo por tratarnos tan bien. Nunca diré que mis partos fueron cortos, indoloros y buenos, pero podré decir que con mi hijo me emocioné y perdí mi suelo pélvico y que con mi hija la saqué con mis propias manos y lo único que dejé en aquel paritorio fueron sudores fríos, recuerdos y miedos.

*Estoy en pleno postparto o puerperio y sinceramente no sé si escribiré desde la cruda realidad de él o cuando coja distancia, pero amenazo con volver señores, esto para mi es terapia y ahora más que nunca la necesito como agua de mayo, otra cosa es el tiempo que tenga para ello.


Tagged: bimaternidad, maternidad, matronas humanas, partos largos son lo que me van a mí, segundos intentos
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