Los primeros días del viaje mi novia y yo compartimos bastantes horas con mi amigo el escritor mexicano Federico Guzmán Rubio (autor de Los andantes y Será mañana, libros publicados en España por Lengua de Trapo). Estuvimos alojados en su casa, el barrio de Tlalpan (un antiguo pueblo) y desde aquí visitamos el barrio de Coyoacán (que también fue un pueblo en el pasado). Coyoacán siembre ha tenido fama de ser un barrio de intelectuales.
En Coyoacán pasamos por una calle donde ‒según nos contó Federico‒ había vivido Concha Méndez (la que fuese mujer de Manuel Altolaguirre). En esta casa se alojó Luis Cernuda en su exilio mexicano:
En Francisco Sosa, otra de las calles de Coyoacán (barrio en el que también vivieron Diego Rivera y Frida Kahlo), estaba la casa de Octavio Paz. Es ésta:
En la calle Francisco Sosa también vivió el escritor Jorge Ibargüengoitia, pero Federico no sabía el número así que no pudimos peregrinar a su casa.
En el centro histórico de la ciudad, pasamos por la Alameda, el parque al que Roberto Bolaño contaba que se iba a leer después de abandonar sus estudios a los dieciséis años. Éste es el parque:
Bolaño también contaba que robaba libros en la librería de Cristal y la de El Sotano. La primera ya no existe, pero la segunda está justo enfrente de la Alameda. Es ésta:
Entré en El Sotano, pero no compré nada aquí.
Imagino que Roberto Bolaño también hablaría, en alguna de sus páginas, de las librerías de segunda mano de la calle Donceles. Y si no hablo de ella, desde luego era una calle muy literaria. Dejo aquí alguna foto tomada en las librerías de esta calle:
Lo raro es que me contuve y no compré nada en ninguna de las librerías de esta calle. Me había propuesto comprar libros clásicos de la literatura mexicana y no al azar, como hago a veces. Sólo compré un libro de segunda mano en México: La sombra del caudillo de Martín Luis Guzmán, que no se reedita actualmente, por desavenencias entre los herederos. Lo encontré en unos puestos en la calle, cercanos a Donceles. Es una edición de 1971. Me costó 100 pesos (5 euros). Era esta calle:
Un día, después de visitar las pirámides de Teotihuacán, comimos en el café La Habana, el restaurante que hace esquina en la calle Bucareli, y que en Los detectives salvajes era el café Quito, donde se reunían los realvisceralistas. Éste es:
También fuimos a la calle Samuel 27, que fue la residencia de la familia Bolaño en Ciudad de México. Aquí:
Nos acercamos hasta la tienda de la esquina. La atendía un hombre de unos cincuenta y cinco o sesenta años y una mujer (su madre) de más de ochenta. Federico le preguntó si en el número 27 vivió la familia Bolaño. La mujer, la señora Berta, parecía sufrir Alzheimer y no participó en la conversación, aunque el hombre trataba de meterla en ella. Nos contó que sí, que allí había vivido el señor León (padre de Roberto Bolaño) y que habían venido a filmar desde Chile o España. Los últimos habían sido unos franceses que usaron un dron. Nos contó también que Bolaño compraba en la tienda de la señora Berta y que en alguna de sus páginas la nombra. Nos dijo también que el árbol de la puerta 27 lo había plantado "el escritor" (así lo llamaba).
En la calle Colima (de la colonia Condesa, cerca de nuestro hotel) estaba la casa de las hermanas Font, frecuentada por Arturo Belaño y Ulises Lima en Los detectives salvajes. Ésta es la calle:
«El patio trasero es otra cosa: los árboles allí son grandes, hay plantas enormes, de hojas de un verde tan intenso que parecen negras, una pileta cubierta de enredaderas (en la pileta, no me atrevo a llamarla fuente, no hay peces pero sí un submarino a pilas, propiedad de Jorgito Font, el hermano menor)» (Los detectives salvajes, hablando de la casa de las hermanas Font)
Paseamos también por el parque de Chapultepec. Aquí visitamos el castillo, donde vivió Maximiliano I y es, por tanto, uno de los escenario de la novela Noticias del imperio de Fernando del Paso. Éste es el castillo:
En la librería Rosario Castellano, del Fondo de Cultura Económica, compré Noticias del imperio y Palinuro de México de Fernando del Paso. Tengo muchas ganas de leer estas novelas. Ésta es la librería por dentro:
Foto tomada de internet
En Chapultepec
también se encuentra la Casa del Lago. En Los detectives salvajes podemos leer,
en boca de Auxilio Lacouture: «Me contaron que una vez Arturo Belano dio una
conferencia en la Casa del Lago, y que cuando le tocó hablar se olvidó de todo,
creo que la conferencia era sobre poesía chilena y Belano improvisó una charla
sobre películas de terror.» Ésta es la Casa del Lago:
Yo sabía de la existencia de las trajineras de Xochimilco por la novela Será mañana de Federico Guzmán Rubio. Pero es mucho mejor que el autor del libro te lleve allí. De una barca a otra se puede comprar comida, bebida (al fin probé el pulque), juguetes, puedes contratar a una trajinera de mariachis para que te canten..., te puedes bajar en la orilla para ir al baño, para comprar plantas en un vivero... Te puedes traer la música o la comida de casa...
Te puede abordar un vendedor de dulces desde otra trajinera...
Xochimilco es un lugar impactante:
La cristalera iluminada que se ve al fondo de la foto pertenece a la librería. Algo sorprendente fue que al ir al baño, en la pared, cerca de los urinarios, se podía leer Los perros románticos, el poema de Roberto Bolaño:
Palinuro de México, Fernando del Paso
Amores de segunda mano, Enrique Serna
Ojerosa y pintada, Agustín Yáñez
Al filo del agua, Agustín Yáñez
Los recuerdos del porvenir, Elena Garro
Domar a la divina garza, Sergio Pitol
Cartucho, Nellie Campobello
Los días terrenales, José Revueltas
El luto humano, José Revueltas
Cosmonauta, Daniel Espartaco Sánchez
La sombra del caudillo, Martín Luis Guzmán
Nueva historia mínima de México, Varios autores
Campo general y otros relatos, Joäo Guimaräes Rosa (autor brasileño)
El trabajo, Aníbal Jarkowski (autor argentino)