Revista Viajes

Un paseo por Bilbao

Por Glo @GloRibas

Un paseo por Bilbao

Museo Guggenheim - Glo Ribas - Euskadi 2018

Bilbao, la ciudad más grande del País Vasco, es sin duda la capital cultural y económica de esta comunidad. La ciudad respira vitalidad en cada uno de sus rincones, y ha sabido reinventarse a si misma. La Parte Nueva de Bilbao, que tiene al muse Guggenheim como mayor estandarte, se complementa y conjuga perfectamente con el Casco Viejo, que respira historia en sus callejuelas.
Sin duda se trata de una urbe donde adentrarse y disfrutar de una o varias jornadas para conocerla y disfrutarla en profundidad. Pero si sólo disponéis de una jornada o parte de ella para descubrir la ciudad, aquí os presentamos el paseo que realizamos nosotros.  
Llegar hasta el centro de Bilbao no es tarea fácil cuando se va conduciendo, y es que la ciudad está atravesada por numerosas vías rápidas que discurren por el valle, y configura todo un Scalextric en el que es fácil saltarse las salidas si no se presta toda la atención. Nosotros no tuvimos mucho problema gracias a la ayuda inestimable del GPS, que nos condujo directamente al Casco Viejo. Como esta zona es peatonal, aparcamos antes de llegar, en el margen izquierdo de la ría, y desde allí empezamos nuestro itinerario.
El Puente de San Antón nos ofreció la entrada directa al Casco Viejo. Éste puente, el más antiguo de todo Bilbao, es un emblema para la ciudad, y aparece incluso en su escudo. Aunque ha sufrido algún que otro derribo, las diferentes reconstrucciones han permitido que llegue hasta nuestros días con la configuración actual. Una vez en el margen derecho de la Ría del Nervión, junto al puente, se encuentra la Iglesia de San Antón, de estilo gótico, que alberga en su interior parte de la muralla que protegía la ciudad de las crecidas del río. Frente a la iglesia, y con vistas a la ría, se ubica el Mercado de la Ribera, el mercado de abastos cubierto más grande de Europa. Se trata de un edificio de estilo Art Decó ecléctico, que sorprende en su interior por la luz natural que penetra, que ilumina todo el edificio.

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Detalle del Puente de San Antón

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Iglesia de San Antón

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Exterior del Mercado de la Ribera


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Interior del Mercado de la Ribera


Justo frente al Mercado de la Ribera, cruzando la calle con el mismo nombre, encontramos un conjunto de calles estrechas, las denominadas como Siete Calles, que resultan ser el corazón del Casco Viejo de Bilbao. Lo forman las calles Artekale, Barrenkale, Barrenkale Barrena, Belostikale, Carnicería Vieja, Somera y Tendería, todo un conjunto de calles estrechas que se entrecruzan, y que actualmente está repleta de bares de pintxos, cafés y tiendas. La calle Tendería, adentrándose al Casco Viejo, da acceso a parte trasera de la Catedral de Santiago, que pasa desapercibida desde las callejuelas del centro histórico.  La Catedral es de estilo gótico, y fue construida en el siglo XV, y pese a no ser visible prácticamente desde las callejuelas circundantes, posee una alta torre. Tanto la torre como la fachada son de estilo neoclásico. También dispone de un pequeño claustro gótico en su interior.

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Calle Tendería, una de las Siete Calles


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Fachada principal de la Catedral de Santiago


Volviendo a la parte trasera de la Catedral y a través de la calle de la Cruz, se llega a a la Plaza Miguel de Unamuno, que acoge loes edificios donde se ubican el Euskal Museo y el Museo Arqueológico. El primero está dedicado a la historia y la cultura vasca, y el segundo, como su nombre indica, está dedicado a la arqueología de este rincón del país. Nosotros no entramos por falta de tiempo, ya que preferíamos dedicar más tiempo a otros puntos de la ciudad. La calle Sombrerería, que va cambiando de nombre a lo largo de su recorrido, y la perpendicular calle de Bidebarrieta, nos llevaron hasta el Teatro Arriaga, un contundente edificio situado junto a la ría, con una espectacular fachada de estilo barroco. Fue inaugurado en 1890, y está inspirado en la Ópera de París. Desde la plaza frente al teatro, se puede observar al otro lado de la ría la fachada principal de la Estación de trenes de la Concordia, de estilo art nouveau, que sorprende por los llamativos colores de ésta. 

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Fachada en la Plaza Miguel de Unamuno


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Teatro Arriaga


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Estación de trenes de la Concordia


Nuestro recorrido continua por la Plaza del Arenal, que se abre frente al Teatro Arriaga, siguiendo el curso de la ría. Desde ella se puede observar la fachada de la iglesia de San Nicolás de Bari, dedicada al patrón de los marineros, y que destaca por sus dos campanarios y la fachada barroca. Continuando por el margen derecho de la ría, y dejando ya atrás el Casco Viejo de Bilbao, llegamos hasta el Ayuntamiento de Bilbao, un imponente edificio de estilo ecléctico, cuya fachada principal está decorada con esculturas. Nuestro paseo continuó resiguiendo el margen derecho de la ría a través el agradable Paseo Campo de Volantín.

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Plaza del Arenal con la iglesia de San Nicolás de Bari al fondo


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Ayuntamiento de Bilbao


Para proseguir con la ruta, cambiamos de margen de la ría a través del Puente Zubizuri, un puente peatonal de color blanco, diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava, que sorprende porqué su arco sustenta una pasarela curvada. Nos dirigimos hasta nuestra siguiente parada continuando por el margen izquierdo. Pasamos por debajo del mantodóstico y colorido Puente de La Salve, tras el que se descubre el impresionante Museo Guggenheim, sin lugar a dudas el actual estandarte de la vida cultural bilbaina, y fuente de la regeneración más importante que ha vivido la ciudad desde la reconversión industrial. El edificio, diseñado por el arquitecto Frank Gehry, recuerda a un barco de un reluciente plateado, que es capaz de cambiar su tonalidad con el reflejo de la luz. En un próximo post os detallaremos más sobre este impresionante museo. Pero las obras de artes no se limitan al interior del museo, sino que aparecen salpicadas a su alrededor, como el perrito Puppy, la Mamá, la Escultura de niebla o el Gran árbol y el ojo, entre otras.

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Puente Zubizuri


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Tirantes del Puente Zubizuri


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Puente La Salve


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Escultura la Mamá


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Museo Guggenheim con la escultura del Gran àrbol y el ojo


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El perrito Puppy


La visita al Museo Guggenheim requiere un buen rato, que deberéis reservar a la hora de organizar una visita a Bilbao. Cuando nosotros salimos de éste, no nos quedaba mucho rato de luz natural, así que decidimos aprovecharlo para disfrutar de una vista panorámica de la ciudad. Para ello, volvimos al margen derecho de la ría cruzando el Puente Pedro Arrupe, un puente peatonal frente al edificio central de la Universidad de Deusto. Reseguimos nuevamente el margen derecho, pero en dirección contraria, hasta la calle Múgica y Butrón, para poder llegar al Funicular de Artxanda. El funicular comunica la ciudad con la cima del monte Artxanda desde hace más de un siglo. Desde el parque junto a la estación superior del funicular se puede disfrutar de unas maravillosas vistas de la ciudad de Bilbao por completo, que nosotros hicimos justo en el momento que se oscurecía el día y la ciudad empezaba a encender sus luces.

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Vistas del Museo Guggenheim desde el puente Pedro Arrupe


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Panorámica de Bilbao desde el monte Artxanda


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Vistas del Casco Viejo desde el monte Artxanda


Pero una ruta por Bilbao no puede prescindir de uno de los atractivos principales de esta ciudad, la magnífica oferta gastronómica. Es difícil decidirse por alguno de los muchos bares y restaurantes que hay distribuidos por toda la ciudad. Nosotros seguimos el consejo de la guía que teníamos, y nos dirigimos al Casco Viejo, a la calle del Perro número 4, donde se encuentra el Rio-Oja, toda una institución donde disfrutar de platos de pescado y de comida tradicional.
Después de la suculenta cena, nuestros pies ya reclamaban algo de tranquilidad y reposo, así que volvimos hacia el coche, y nos retiramos a descansar, cansados pero contentos por poder haber disfrutado de Bilbao tanto en tan poco tiempo.  

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