Revista Diario
Cuando el fin de semana amanece gris y sombrío pero el cuerpo nos pide escapar de casa, solemos decantarnos por ir a callejear por algún pueblo de la tierrina. Tenemos la suerte de vivir en una comunidad autónoma pequeña, y en apenas media hora de coche puedes cambiar totalmente de ambiente, ya sea playa, montaña, aldea u otra ciudad cercana.
Hace apenas un par de fines de semana, fue justo lo que nos pasó. Día triste, apagado, pero con muchas ganas de aprovechar el fin de semana. Cudillero nos estaba esperando.
Enseguida te dejas atrapar por sus calles estrechas, sus casas de colores, el sonido del mar y el olor a sal. Cudillero respira vida marinera por cada uno de sus poros.
No necesitas de plano para recorrerlo, piérdete por los recovecos de sus calles, disfruta de los pequeños balcones y porches decorados con flores. Detente a observar los curadillos, pequeños escualos, secando al sol.
Sigue las señales indicativas de diferentes rutas, todas te llevaran algún recóndito mirador desde el que observarás desde un punto distinto esta pequeña y encantadora villa, situada al occidente de la costa asturiana.
Y si te entra el hambre, solo tienes que disfrutar de alguno de los menús del día que ofrecen los distintos restaurantes, todos platos típicos de la zona por un módico precio.
Pero sobretodo encuentra un hueco agradable, siéntate y escucha el mar.
Buen fin de semana, nos leemos la semana que viene.