Si damos un pequeño paseo por su casco antiguo enseguida entenderemos porque fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Todo los monumentos se encuentran elevados sobre un recodo del río Aare, con sus seis kilómetros de pórticos y sus casas de diferentes alturas, hay un montón de edificios de interés como la casa de Albert Einstein (ahora museo).
La torre del Reloj donde cada hora se mueven los muñecos graciosos.
La catedral Münster que se encuentra muy cerca de este reloj , desde arriba de ella las vistas son espectaculares ( M – S: 10 a 17h y los D de 11:30 a 17 h).
Si cruzas el puente te toparas con la fosa de los osos que los tienen allí para honrar a su mascota, aunque a mi me parece una salvajada.
En la orilla del casco viejo se puede ver también el parlamento.
Una vez cruzado el puente y las fosas de los osos, encontrareis la subida para ir a ver el jardín de rosas que podréis apreciar si vais en los meses de primavera en su mayor apogeo.
La ciudad es muy pequeña pero importante por su historia, se puede recorrer perfectamente en una mañana o una tarde y el resto del fin de semana aprovechar para ver Ginebra, Interlaken o Lucerna. Destino muy recomendable con peques ya que no tendréis que andar mucho para ver todos sus monumentos.
Nosotros nos alojamos en el único albergue que creo que había en esa ciudad, aunque no recuerdo bien su nombre ya que lo reservamos a última hora desde la estación de tren.
Espero que os sirva de ayuda nuestro recorrido y si estáis planeando una escapada a Suiza no podéis dejar de visitar esta ciudad.