El Condado de Clare, situado en la costa occidental de Irlanda, esconde dos de los tesoros naturales más interesantes del país. Se trata de los Acantilados de Moher y de El Burren, que literalmente significa “lugar pedregoso”. Los Acantilados de Moher son visitados cada año por miles de personas y el número sigue creciendo. Concretamente, durante los seis primeros meses de 2011 han pasado por allí 345.398 visitantes, un 19% más que en el mismo período del año anterior. Es el segundo lugar más visitado del país después de la fábrica de cerveza Guinness Storehouse, en Dublín. En el caso de El Burren, es más difícil sacar estadísticas ya que se trata de una amplia zona de unos 300 kilómetros cuadrados y tan sólo un 5% constituye el Parque Nacional (Burren Nacional Park) con una superficie de 15 kilómetros cuadrados. Recientemente, ambos lugares han sido incluidos dentro de un grupo exclusivo de 78 parques geológicos en 26 países, los cuales forman la llamada Red Mundial de Geoparques Nacionales (Global Network of Nacional Geoparks), un patrimonio geológico a escala mundial, amparado por la UNESCO.Tanto la Red Mundial como la Red Europea de Geoparques (European Geoparks Network) trabajan conjuntamente para mantener el patrimonio, darlo a conocer, educar sobre el medio ambiente y promover el desarrollo regional sostenible, bajo las directrices de la UNESCO.
Acantilados de Moher
Viajar desde Cork hasta los Acantilados de Moher en transporte público es posible aunque un tanto incómodo para hacerlo en una sola jornada, ya que se encuentran en una zona algo aislada y no hay ninguna línea de autobús que tenga el trayecto directo, obligando a hacer trasbordo en Galway o Limerick desde las cuales la compañía Eireann tiene varias rutas diarias. Otra alternativa es alquilar un coche e ir a tu aire. Cruzar el sur de la isla de costa a costa lleva unas dos horas y media se si hacen de un tirón los casi 180 kilómetros que las separa. Nosotros nos decantamos por una tercera opción, la de apuntarnos a un tour organizado. Lo reservamos con Paddywagon, muy popular por sus tours divertidos y enfocados a gente joven. De hecho, creo que éramos con bastante diferencia los menos jóvenes del grupo, pero nos sentimos muy a gusto. Hacía bastantes años que no hacíamos ninguna excursión en este plan, pero nos encajaba el recorrido, las críticas que leí eran buenas, el precio de 39€ por persona estaba más que bien y la empresa me pareció seria y formal.Como inconveniente, el que ya sabemos: tiempo limitado para disfrutar de cada lugar. Aun así, nos arriesgamos.Salimos de la Oficina de Turismo de Cork y nos dirigimos hacia el oeste de la isla. El chófer lleva un micrófono “manos libres” y hace también de guía, dando algunas explicaciones durante el trayecto. Es un irlandés típico, muy simpático y con un sentido del humor peculiar pero habla deprisa como el demonio y suelta algunas expresiones en gaélico que hace que me cueste un poco seguirle, especialmente sus continuos chistes y bromas.Hacemos una breve parada en Limerick, tercera ciudad del país y lugar donde se rodó la película Angela’s Ashes que ganó el Óscar a la mejor banda sonora en el año 1999. El río Shannon, el más caudaloso del país, atraviesa la ciudad y en sus orillas se levanta el gran castillo King John’s Castle.
Río Shannon a su paso por Limerick
A partir de aquí ya entramos en el Condado de Clare y el paisaje se va haciendo más y más bonito, dominado por grandes prados donde pastan las vacas, ovejas y caballos en un entorno muy rural y bucólico. Llegamos a El Burren, el único paisaje rocoso del país y considerado uno de los paisajes cársticos más grandes de Europa, una gran extensión de piedra muy peculiar que parece sacado de otro Planeta. Gracias a sus características climatológicas y geológicas, se trata del único lugar de la Tierra donde crecen flores árticas, alpinas y mediterráneas juntas e incluso 26 tipos diferentes de orquídeas. Un lugar que no sólo entusiasma a los geólogos y botánicos sino también a los arqueólogos pues se han encontrado importantes restos de antiguas civilizaciones.
Paisaje de El Burren
Paisaje de El Burren
Un magnífico ejemplo es el dolmen de Poulnabrone, nombre que procede del gaélico Poll na Bron y que significa “agujero en la piedra”. Se trata de un lugar de enterramientos del Neolítico, probablemente entre el 4200 a.C. y el 2900 a.C. Consta de una piedra plana y lisa de tres metros de largo que descansa sobre otras dos colocadas formando una puerta y éstas sobre un túmulo que da estabilidad al monumento. En el año 1985 se descubrió una grieta en una de las piedras que hacen de soporte y durante la operación de substitución de esta losa se aprovechó para excavar, descubriéndose al menos 33 personas enterradas bajo el monumento y diferentes objetos personales como una azada de piedra, un colgante de hueso, cristales de cuarzo, armas y cerámica. Debido a su situación predominante sobre el paisaje de Burren que rodea el monumento, debió ser un centro de ceremonias y rituales durante la Edad del Bronce y hasta bien entrado el período celta.
Dolmen de Poulnabrone
Aunque no estamos en la mejor época para ver flores, disfrutamos enormemente de este gran mar de piedra atravesado por grietas que se conocen como grikes donde crecen las flores y dejan al descubierto rocas aisladas llamadas clints.
Grikes (grietas) y clints (rocas)
Circulamos por carreteras muy estrechas, lo que obliga al chófer a demostrar sus habilidades cada vez que nos cruzamos con otro autocar, acompañado de unos bien merecidos aplausos. Seguimos la costa por la Bahía de Galway desde donde se divisan las islas Aran que han inspirado a tantos poetas.
Bahía de Galway
Tiempo libre para comer en un pub del pequeño pueblo de Doolin. Saboreamos una deliciosa crema de zanahorias, un roast beef con un generoso acompañamiento y una pinta de Guinness.Nos quedamos sin postre. El postre es la llegada al punto más esperado de la excursión: los Acantilados de Moher, una increíble maravilla de la naturaleza. Este lugar ha quedado finalista entre 28 más y compite con ellos a través de votaciones populares para ser nombrado como una de las “siete maravillas naturales del mundo” cuyo anuncio se hará el próximo 11 de noviembre. Los Acantilados se extienden a lo largo de 8 kilómetros y alcanzan los 214 metros en su punto más elevado, al norte de la Torre O’Brien. Esta torre fue construida en 1835 por Cornelius O’Brien, un descendiente de Brian Boru (rey de Irlanda de 1002 a 1014) y actualmente se utiliza como punto de observación.
Acantilados de Moher
Torre O'Brien
Esas murallas de piedra arenisca que superan los doscientos metros sobre el mar en caída libre, impresionan a cualquiera. En sus erosionadas paredes conviven numerosos grupos de aves en grandes colonias que se han adaptado perfectamente a este hábitat.El nuevo Centro de Visitantes inaugurado en 2007 fue diseñado para minimizar el impacto medioambiental, totalmente integrado en el terreno y adaptado al paisaje.
Centro de Visitantes
El tiempo es muy cambiante y en pocos minutos pasamos del sol a un chubasco que nos deja bien empapados. A no ser que te encuentres cerca del Centro de Visitantes no hay lugar para resguardarse y los paraguas de poco sirven porqué el viento es un acompañante fijo del recorrido. En algunos momentos, la línea entrecortada de acantilados se cubre de una neblina que apenas los deja ver, creando una aureola de misterio.A partir de cierto punto, un cartel indica que es propiedad privada y está prohibido el paso pero la gente hace caso omiso de la advertencia.
Prohibido el paso a partir de este punto
Música celta ambientando el recorrido
La verdad es que es bastante peligroso porque no hay ninguna protección y muchos inconscientes no tienen ningún reparo en acercarse hasta la misma línea del precipicio tentando a la suerte. No sé si se habrán producido muchos accidentes pero los Acantilados de Moher se encuentran dentro de la lista de los "mejores" lugares donde puede uno suicidarse (17 suicidios en 1998). En el número uno de esta macabra lista está el Golden Gate de San Francisco, con 1500 suicidios… poca broma!
Roca Great Raven
La combinación de colores, el verde de la hierba, el gris de la piedra y el azul del mar y los constantes cambios atmosféricos recrean un buen escenario para los aficionados a la fotografía y también al cine ya que son varias las películas y los videos musicales que han utilizado este lugar en alguna de sus escenas, entre ellas Harry Potter y el Misterio del Príncipe (2009).Ya de vuelta a Cork hacemos una breve parada en Bunratty, un lugar que gira entorno a su castillo medieval.
Castillo de Bunratty
Castillo de Bunratty