Recientemente The Economist y su agencia CLM BBDO repiten colaboración, como ya hicieran a finales de 2012 con la radiografía de la economía francesa, para su último especial que gira alrededor de la encriptación de información.
Para lanzar este número, han colocado en los andenes de la estación de tren del norte de París y en el aeropuerto de Niza unas marquesinas únicas que sólo pueden leerse cuando el usuario retrocede una distancia suficiente. La idea destaca por su sencillez y resume perfectamente el leitmotiv de esta edición con un efecto óptico muy llamativo pero con esconde un 'pero' reseñable ¿Que usuario observa la publicidad mientras camina hacia atrás?
Vía Paper Plane