Sinopsis:«R estaba sentado en la alfombra, junto a la cama, exactamente como le había visto la noche de la tormenta que un año antes nos había cambiado la vida a los dos. Me miraba fijamente y jadeaba, inmóvil, como cuando en verano se tumba al sol en la terraza, envuelto en calor.» Sentados en una cafetería una tarde de principios de verano, Fer y su madre, Amalia, esperan una llamada que no llega. Durante las horas siguientes, Fer hará lo imposible por ocultar lo que se esconde tras esa temida llamada que puede hacer añicos la calma que se ha instalado en la familia desde que, siendo apenas un cachorro, R llegó a su vida. Pero quizá esa calma sea más precaria de lo que parece. Cuando el teléfono por fin suena, la noche traerá consigo una inesperada compañía, y con ella llegarán un torrente de confesiones, verdades que quizá no lo eran tanto y las cinco letras de un nombre que, tirando del álbum familiar, Fer deberá atreverse a invocar para que la vida vuelva a mostrarle, a él y a los suyos, su mejor versión.
Un perro no es solo el retrato del fascinante vínculo entre un hombre y su perro, sino también un remolino de emociones en el que confluyen una mirada tierna y cruda al universo familiar y un homenaje al amor en todas sus manifestaciones.
Ficha del libro: AQUI
Tenía muchas ganas de leer la nueva novela de Alejandro Palomas, lo confieso. Tenía ganas de reencontrarme con la simpática y entrañable Amalia, protagonista de “Una madre”, una novela a la que llegué tarde, pero que disfruté desde el principio y que he regalado y recomendado incontables veces.Leer a Alejandro Palomas siempre es un placer y “Un perro” me ha hecho disfrutar de nuevo de su buen hacer porque Alejandro hace magia con las palabras, sabe como nadie poner en orden los pensamientos y sentimientos de sus lectores y transformarlos en las palabras que muchos no encontramos para decir lo que sentimos, es capaz de llegar a esos rincones que todos tenemos y tocar la fibra del lector sin esfuerzo, con aparente sencillez y naturalidad. Ha pasado ya un tiempo desde el momento en que transcurre "Una madre" y en las vidas de sus protagonistas ha habido algunos cambios. Llegados a este punto, me gustaría añadir, que aunque no sea necesario haber leído "Una madre" para disfrutar de este libro, yo casi os recomendaría leerlo antes, pero vaya, que no es indispensable. En "Un perro" nos encontramos de nuevo con Fer. Está en un bar esperando una llamada. Una llamada muy importe cuando aparece por la puerta nuestra querida Amalia acompañada de su perrita Shirley. Mientras Fer intenta esconder qué hace realmente allí sentado, entre madre e hijo comienza un diálogo al que se van añadiendo recuerdos más recientes y más lejanos, y alguna que otra confesión, salpicada con la gracia que tiene Amalia para entender las cosas (muchas veces mejor que nadie, por mucho que se haga "la Amalia" ¡je,je!), y al que acabarán sumándose las dos hermanas de Fer, Silvia y Emma y donde el lector se sentirá uno más, porque esa es otra de las cosas que logra el autor, que empatices con sus personajes y te sientas uno más en esa reunión familiar.Este es un libro que llegará muy adentro de la mayoría de los lectores, pero sobre todo de aquellos que conviven con un perro, aunque supongo que da igual que sea un perro o un gato, los sentimientos son iguales y los lazos y la relación que se crea entre ambos son los mismos.Yo ya no tengo perro. Lo tuve y vivió conmigo diez años. Este 2016 hará ocho que murió y no he sido capaz de tener otro. Todavía hoy cada vez que pienso en él se me nubla la vista, así que quizás, aunque no sea tan "radical" como la abuela Ester, me he sentido muy muy identificada con ella. La novela me ha gustado mucho, pero no voy a mentir diciendo que lloré de emoción, cuando no ha sido así. Lo digo porque he visto que muchas personas la estaban leyendo e iban compartiendo en las redes sociales su emoción y lágrimas y yo aunque la he disfrutado y me he identificado con los sentimientos y sensaciones que transmite, no he llegado a derramar ni una lágrima, pero que conste que yo también tengo mi corazoncito.