Revista Cine
Un perro
Un relato explosivo y conmovedor en el que Alejandro Palomas recupera los personajes que conocimos por primera vez, y de los que nos enamoramos, en Una madre.Fer sentado en la cafetería que hay junto a la casa de su madre, con la repentina aparición de Amalia, que acaba de sacar a pasear a su perrita Shirley una vez terminada la merienda que han tenido todos en su casa. Y Fer, que por no preocuparla decide mentir y no explicarle por qué está ahí solo, sin R, su perro. Pero no podrá mantener el misterio demasiado tiempo. Amalia, a pesar de su particular manera de ser, se da cuenta de todo y acompañará a Fer en su silencio hasta que decida contárselo todo. Con la noticia llegarán también sus hermanas. Y aquí es donde empieza, o mejor, se retoma, el encuentro familiar. Nº de páginas: 336 págs.Editorial: DESTINO, 2016ISBN: 9788423350223
Conmueve la forma de traspasar las emociones de los personajes. Es fantástica esa intrusión en lo más hondo. Hay párrafos magníficos.
Lo cotidiano sigue siendo lo que era y el vínculo, la unidad, se mantienen intactos, pero los separa un tabique invisible de aire seco que yo no logro atravesar. Porque desde esa época hay una muesca de algo mal resuelto que nos afecta en lo que no nos decimos y también en lo físico. El contacto entre los dos es distinto, menos espontáneo. Los abrazos contados, y sí, también evitados. Somos menos lo que éramos y sí, sé que tanto ella como yo lo echamos en falta. Nos echamos de menos.Desde que Max dejó de estar ese tabique sigue ahí. Y aunque sé que soy yo quien debería derribarlo, no puedo. Por más que lo intento no sé cómo porque para hacerlo tendría que hablar con mamá de eso que en su día, cuando debería haberlo hecho, me negué a oír y que los años han enquistado. Lo que se enquista, lo que no se perdona a tiempo. No perdoné, no supe, no me atreví.Todavía ahora cuando nos miro, y me acuerdo de esos días difíciles, sigue sorprendiéndome hasta qué punto nos es difícil perdonar a quienes más queremos. Cuando en realidad tendría que ser al revés. Y es que a pesar de lo que aprendemos, de lo que vemos, oímos, tocamos, de lo que la vida y los años nos enseñan, es imposible evitar que siga siendo el perdón, o su ausencia, la medida del amor. Cuanto más queremos, más cuesta perdonar, porque el miedo al dolor repetido es también mayor, y porque cuando alguien muy querido nos falla la vida se derrumba entera. El niño que, ahí dentro se queda desnudo, y todo duele más.
Lo suelta así a bocajarro, porque no sabe modular las verdades. Está tan acostumbrada a no contar nada que, cuando lo hace, habla de resultados, no de procesos.
No me cabe duda de que el escritor tiene o ha tenido perro. Una parte esencial para esa familia.
Me ha gustado, pero del argumento yo quitaría algo de intensidad dramática.
Free and easy
En una desolada ciudad china, se produce un crimen que enfrenta a sus extraños habitantes entre sí con resultados tragicómicos.
Le regala un jabón y al olerlo cae fulminado. Barato método para robar a las víctimas. Se encuentra a un monje budista que le ofrece un amuleto a cambio de un donativo. Tal vez juntos formen un buen equipo.
Tengo un sentido del humor muy diferente al de este director. Una propuesta curiosa, que no logra interesar demasiado. De ritmo pausado y expresividad limitada, la olvidaré en breve.
Dirección y guionGeng Jun. Música Second Hand Rose Band. Fotografía Wang Qeihua. RepartoXu Gang, Zhang Zhiyong, Xue Baohe, Gu Benbin, Zhang Xun, Yuan Liguo. China 2017, 97 min. Festival de Sundance: Premio Especial del Jurado - Drama (World Cinema)
«Cuando pronuncio la palabra Futuro,la primera sílaba pertenece ya al pasado.Cuando pronuncio la palabra Silencio,lo destruyo.Cuando pronuncio la palabra Nada,creo algo que no cabe en ninguna no-existencia».
Wislawa Szymborska