Después de haber vívido ochenta años es muy difícil que no sepa quién es usted, pero hay veces que la realidad puede golpearlo duramente, tan duro que…
Un piloto retirado de la marina que viste todavía su viejo uniforme de vuelo de la USMC (US Marine Corps) y chaqueta de cuero, entra a un Starbucks y ordena un café.
Se sienta en una mesa desocupada a saborear su café y al rato una mujer joven se sienta cerca de él. Ella lo mira con curiosidad y le pregunta: ¿Es usted un piloto de verdad?
Bueno, me he dedicado toda la vida a volar aviones. Primero fueron los Stearmans, después los Grummans… También volé un Wildcat y un Corsair en la Segunda Guerra Mundial. Cuando la guerra de Korea, volé los Banshees y los Cougars. He enseñado a volar a más de 260 personas y como piloto he transportado a cientos de pasajeros, así que creo soy todo un piloto. Pero bueno, ¿y usted qué es?
Ella le responde: Pues yo soy lesbiana. Me he pasado toda mi vida pensando en mujeres desnudas. Tan pronto me despierto en la mañana, pienso en mujeres desnudas. Cuando me ducho, pienso en mujeres desnudas. Cuando veo la tele, pienso en mujeres desnudas. Parece que todo me hace pensar en mujeres desnudas. Ella termina su café, se levanta y se marcha.
Al rato llega un joven y se sienta al otro lado de la mesa, mira al viejo y le pregunta: ¿Es usted un piloto de verdad?
Sabes, dice el viejo, siempre creí ser “un piloto” pero recién acabo de enterarme que soy “lesbiana”.