Techos altos, grandes ventanas, puertas dobles y una paleta de colores neutros con toques de suaves tonos pastel —muy utilizados últimamente en decoración. El edificio de este piso de Estocolmo data de 1875, y en él se ha conservado la majestuosidad de la arquitectura de esa época. Los elementos más clásicos (lámparas de araña, estufas originales, grandes cortinas...) se mezclan perfectamente con otros más contemporáneos (muebles en tonos básicos, líneas sencillas...). ¿Qué os parece el resultado clásico-renovado?