Un placer auricular

¡Hey, chamos! Volví y ahora uso jerga venezolana gracias al boom que se produjo en el Perú por parte de los “no simpatizantes de Maduro” ¡Oh, yes! (Vèase: https://www.nocreasnada.com/la-invasion-venezolana/?logged_in=906)

Para nadie es un secreto el haber hecho o escuchado esta frase: ¡oye, préstame tus audífonos porque no sé dónde dejé los míos y no puedo estar sin escuchar música porque me aburro! Pero el prójimo al verse perjudicado, responde: ¡En un rato, ahorita los voy a usar porque tengo una clase aburrida! ¡Plop!

Anteriormente los audífonos no se usaban, a pesar de que venía en el paquete, era porque solo se podían usar para responder llamadas y no tener que estar con el brazo doblado. Luego aparecieron los celulares con radio, ahora por lo menos servía para un entretenimiento, ya no tenías que estar con el audio metido en los oídos todo el día (sin motivo alguno) hasta escuchar una timbrada. ¿Y si nadie llamaba? ¡Qué horror!

Cuando al fin salieron al mercado los celulares con reproductor de música, fue un boom, tanto para la sociedad como para los otorrinolaringólogos (Que largo me salió esto). ¡Así es chamos!, los doctores de oídos tuvieron cada vez más trabajo, ya que llegaba uno que otro paciente a hacerse ver los oídos por algún problema. Todos coincidían con que el inconveniente auditivo se debía a los  audífonos, ¡sí señor! Todo el mundo parecía no leer el aviso importante de este material: “Usar audífonos con volumen alto puede causar daños auditivos”.

A este material, debemos algunas muertes por accidentes. Personas despistadas que parecen tener la música como prioridad antes que el semáforo o algunos forados en las calles. Entiendo que a muchos les agrade escuchar a sus artistas favoritos en donde se encuentren, pero de ahí a caminar sin cuidado alguno, no es dable. ¡O sea “Jelou”!

Asi es amigos, hay que utilizar estos aparatos con responsabilidad y tener en cuenta que la vida vale más que cualquier otra cosa.

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