Revista Humor

Un plan desesperado, relato de ciencia ficción

Por Déborah F. Muñoz @DeborahFMu

El capitán de la nave le tenía tanta inquina a Boto que no estaba seguro de que fuera a sobrevivir a ese viaje interestelar. Le mandaba hacer las tareas más sucias, agotadoras y denigrantes que se pudieran concebir, le enviaba a las misiones de exploración más peligrosas y le obligaba a hacer guardia siempre que había alguna fiesta o la posibilidad de divertirse. A mitad de camino, estaba ya al borde de la desesperación y concibió un plan de fuga.
Boto decidió marcharse en un planeta comercial pacífico. Aprovechó que era el único que estaba de guardia y que los demás estaban de fiesta para abandonar la nave y escabullirse entre la multitud. Que el planeta fuera seguro no significaba que no hubiera criminales, y estos eran fáciles de localizar: siempre acababan en el barrio de peor aspecto.
Pronto reunió a un pequeño grupo comandado por un piloto retirado y les ayudó a robar la nave, dejando a la verdadera tripulación varada en el planeta. No obstante, Boto había saltado de la sartén al cazo: su situación no mejoró en absoluto, pues seguían mandándole las peores tareas y, para colmo, estaba fuera de la ley.
Pero este nuevo grupo cometió el mismo error que el anterior, dejarle vigilando la nave mientras se divertían. Así que se escabuyó y buscó a las autoridades, a las que dijo que le habían secuestrado mientras robaban la nave.
Los criminales fueron detenidos y la nave devuelta a su legítimo dueño. Boto volvió entonces a su antiguo puesto, tras contar una gran mentira sobre cómo había sido secuestrado y escapó para avisar a las autoridades y recuperar la nave. Gracias a esa historia, el capitán le veía con mejores ojos y dejó de tratarle tan mal. Así que, aunque nada había salido como había esperado, en el fondo le había salido bien la jugada.

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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia


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