Estaba una familia de catalanes reunida ante el féretro del padre, recién fallecido. El hijo menor dice:
- Ahora tendremos que hacer realidad la última voluntad de papá: ser enterrado con un millón de pesetas en el ataúd.
El hijo mediano añade:
- Sí, bueno… pero en realidad sólo pondremos 750.000 pesetas, porque hay que descontar el 25% de IRPF.
El hijo mayor apostilla:
- También tendremos que deducir el 16% de IVA……
La viuda tercia en la conversación de forma resolutiva.
- ¡Basta ya! Vuestro padre no merece estos regateos. Se le enterrará con la
tarjeta de crédito…. y que él gaste cuanto quiera.