El oficial subinspector Aldo Méndez no esperaba lo que iba a vivir al salir de su casa, en inmediaciones de Sargento Cabral y Denis, el viernes pasado: a los gritos, un hombre le pidió auxilio desesperado con su hijo en brazos mientras el niño convulsionaba.
"Un papá de unos 20 años me pidió auxilio desesperadamente para que asistiera a su hijo porque no sabía qué le pasaba, estaba convulsionando y no podía respirar. Le apliqué RCP (reanimación cardiopulmonar) y ahí empezó a respirar levemente”, relató Méndez, quien está al servicio de la Dirección Antinarcóticos.
A unos 250 metros de la casa del oficial hay una clínica privada, donde buscaron atención médica para el pequeño Lisandro. "Durante ese trayecto el nene convulsionó tres veces más, y tres veces le hice RCP, estaba totalmente negro, pero finalmente empezó a respirar", contó aliviado el agente.
Relató que el niño fue atendido inmediatamente y a la media hora los médicos lo estabilizaron. Al día siguiente le dieron el alta y aún se mantienen en contacto.
"Lo fui a visitar, nos dimos cuenta de que éramos vecinos. Aún no se sabe bien las causas de esas convulsiones, le están haciendo estudios pero está en la casa", agregó.
El padre del niño, indicó el policía, estaba jugando en la computadora cuando él se ausentó para ir al baño y a su regreso lo encontró en el piso. Primero pensó que se había quedado dormido, luego se dio cuenta de que estaba convulsionando.