José Blanco, "Pepiño" para los amigos y también enemigos, se está ganando a pulso el ser un serio aspirante a presidente, ahora que el Gobierno de Zapatero está más perdido que Chiquito de la Calzada en un congreso de Bioética. Blanco sabe estar y sabe hacer como nadie, es resolutivo, afronta los problemas y no le irrita hacerse fotos amistosas con presidentes autonómicos del PP. Está a lo que está y lo suyo es solucionar y hacer política de verdad. Por todo eso empiezo a sospechar que su carrera política podría pasar en el futuro por un sillón presidencial. Posiblemente en Madrid a muy largo plazo. Posiblemente en Galicia a medio plazo. Por eso estoy al 100% de acuerdo con lo último que ha escrito mi compañero Gonzalo Bareño:
"José Blanco ha vuelto a demostrar que no es lo mismo tener al frente de un ministerio a una persona eficaz que tener a alguien superado por los acontecimientos. La reacción del titular de Fomento ante la crisis generada por el volcán islandés ha aumentado aún más su prestigio en un Gobierno en el que el talento no abunda. La convocatoria inmediata de una cumbre europea de ministros de Transportes por videoconferencia, el ofrecimiento de las infraestructuras aeroportuarias y de todo tipo españolas como punto de salida para millones de ciudadanos europeos atrapados o las rápidas y precisas explicaciones sobre la situación evidencian una agilidad en la respuesta que ha dejado perplejos no solo a muchos españoles, acostumbrados a la desidia en otras carteras, sino también a sus propios compañeros de gabinete y de partido. Pensar que una crisis de gravedad tan extrema como la actual hubiera tenido que ser gestionada por alguien como Magdalena Álvarez produce simplemente pavor"... [+] Fuera de Página