Revista Cultura y Ocio

Un poquito cada día

Por Aceituno

Buena imagen para hablar sobre la soledad del ser humano, o sobre la impotencia ante la inmensidad, o sobre el progreso que todo lo devora… es lo que tienen los contrastes, que son muy poderosos y dan mucho juego, visualmente hablando. Hoy a mí, esta imagen, me da que pensar sobre mí mismo, sobre una vieja costumbre que tenía antes de padecer el cáncer y que he dejado atrás.

Se trata de pensar, antes de dormir, en cómo ha ido el día, cómo me he comportado y cómo me he desenvuelto en él, si he hecho cosas buenas o malas, si he sido fiel a mis principios y he respetado mis convicciones o si las he cambiado por otras y me he traicionado a mí mismo, si me siento orgulloso o ya ni me reconozco… Una especie de análisis de conciencia, una suerte de debate interno sobre el estado de las cosas para ver cómo las he dejado de cara a mañana, nada demasiado exhaustivo pero sí riguroso y sincero.

Este ejercicio me daba la oportunidad de pensar también en la gente, en mis amigos, en mis compañeros, en mi chica, en mi familia… cualquiera que hubiese aparecido en mi vida en el día en cuestión. No sé si servía de mucho, pero al menos ordenaba algunas ideas en mi cabeza y dejaba preparados algunos planes para el día siguiente.

Me costaba quedarme dormido tras un día demasiado intenso en el que se hubiesen involucrado muchas emociones, pero supongo que eso es normal y nos pasa a todos aunque no hagamos este tipo de análisis, que la cabeza da vueltas y más vueltas repasando una y otra vez los sucesos del día. Lo bueno era que no daba vueltas a lo loco sino que seguía un orden concreto y eso facilitaba mucho las cosas. Lo mire por donde lo mire, creo que era algo positivo.

Y lo sería mucho más ahora, si lo pudiese hacer, porque ya sé la importancia que tiene, no como antes que lo hacía por pura intuición y nada más. Lo malo es que ahora me resulta imposible porque, para mí, es una tortura pensar en mí, no puedo desligarme de la enfermedad y pretender que no está, no puedo pensar en ningún proyecto a medio plazo porque dudo de si seguiré con fuerzas para verlo crecer, no me relaciono con mucha gente porque a los 40 es difícil hacer amigos a no ser que te involucres en algún grupo concreto y eso requiere energía y dinero, elementos ambos de los cuales andamos más bien escasos.

Total, que cuando más lo necesito más difícil me resulta pensar en mí. Suerte que el fotonauta me ayuda a ello aunque sea un poquito cada día. Más no puedo. No sé qué va a ser de mí dentro de tres semanas. En lo único que confío es en lo que será de mí mañana, y sé que mañana estaré de nuevo por aquí para contarlo.


Un poquito cada día


Volver a la Portada de Logo Paperblog