Cuando nuestro bebé se encuentra en éste tramo de edad, es en el que encontramos más variedad para elegir un portabebé.
Ya sujetan perfectamente la cabeza y la columna ya está más firme. Es un momento en el que aún no es demasiado pesado y pasa mucho tiempo en brazos. Además están más tiempo despiertos y por tanto reclaman más nuestra atención. Por otro lado y para satisfacer su curiosidad es el momento ideal para empezar a ponerlo a la espalda y por supuesto a la cadera.
En esta etapa y bajo nuestro punto de vista, es el momento ideal de empezar a usar las mochilas ergonómicas (aunque hay algunas marcas que se puede adaptar con mas o menos complementos desde el nacimiento) y un nuevo tipo de portabebé, los mei tais. Cualquiera de los dos reparte muy bien el peso entre los hombros y las caderas del porteador e igualmente ambos son muy prácticos, rápidos y fáciles de poner y quitar.
Una bandolera sigue siendo una muy buena opción ya que el bebé aún no pesa demasiado para cargar sobre un solo hombro y puedes dar largos paseos con él a la cadera. Además para los que son más inquietos y ya empiezan con la etapa del “sube y baja al suelo” es un portabebé que se ajusta y desajusta de forma muy rápida. Con este portabebé también puedes portear a la espalda aunque al ir la tela cruzada hay bebés a los que no les gusta.
El fular elástico es el que llega en este tiempo, al fin de su vida útil, ya que aunque la tela soporta bien el peso (sobre todo los que son 100% algodón y son menos elásticos) el rebote que ejerce el peso del bebé en los hombros es incómodo. Eso sí, si tienes un bebé más bien menudito y puedes “estirar” por más tiempo su uso existe una forma de anudarlo a la cadera y así satisfaces la curiosidad de tu hijo.
Por último el que siempre nos sirve y el que no nos cansamos en insistir sobre su versatilidad que es el fular tejido.