Último día del mes, hace unos días que no escribo y hoy no he parado de pensar que lo lógico sería escribir algo. Por mi cabeza han pasado cientos de ideas, hasta publicas las estadísticas de visitas, pero las he descartado todas. En lugar de eso me he decantado por resumir mi fin de semana:
En primer lugar, tenéis que saber que mi fin de semana empieza en viernes porque las clases terminan los jueves. Sin embargo, lo que puede parecer un respiro es un día de alivio cuando estás en esas fechas agobiantes de entregas de trabajos y próximas a los exámenes - osea todas las fechas del curso menos la primera semana -. El caso es que el jueves por la tarde , un poco constipado me pseudobligaron a salir de compras y a coger el coche, cosa que agradecí porque ya hacía bastante tiempo que no lo tocaba y me da algo de miedo oxidarme.
El fue un día muy duro, como diría una amiga "estaba a las puertas de la muerte". Mi catarro había aumentado y me pasé un viernes tirado como un trapo en el sofá entre escalofríos, cefaleas y bronco-espasmos.
Por suerte el me desperté bastante mejor y decidí resarcir la cena a la que no acudí el jueves con una buena película en Parquesur. Vimos , de Clint Eastwood. Con el trasfondo de un grupo de niñatos tocando las narices pudimos comprobar cómo un deporte tan agresivo como el rugby puede unir a un país desquebrajado y diametralmente separado, aunque los temas importantes se queden en el tintero de los planos secundarios. Después de salir del cine me llamaron unos amigos y tomamos algo como es tradición.
, me he levantado tarde y, por la tarde - sin valer la redundancia -, he visto una película muy extraña titulada (si alguien la ha visto y la entiende que me la esplique por favor). Ahora estoy escribiendo contigo y después de cenar seguramente vea el estreno de
En definitiva un fin de semana tan baldío como este post que a lo , a lo tonto ha llenado un buen espacio de más trastos.
PD: mañana empieza un nuevo mes y espero renovar las energías para escribir algo decente.