El fin de semana pasado celebré mi cumpleaños y decidí hacer un postre especial que rompiera moldes (y nunca mejor dicho!).
Como no se me da mal la repostería, pensé que cocinar una tarta de queso fría y servirla en pequeños vasitos de cristal podría quedar cuanto menos, curioso.

No quería que la idea me saliera muy cara, por lo que me fui al chino que hay al lado de mi casa y compré estos pequeños botes ideales.
Una vez en casa, comencé a hacer la tarta de queso en la Thermomix (sí, lo reconozco, siempre me ayudo de esta gran máquina) y rellené vasito por vasito.


* Nota: Os recomiendo que para aplastar la masa de galleta utilicéis un mortero envuelto en film transparente, ya que para pequeños recipientes es perfecto.

Seguí la receta que aquí comparto (es una foto directa del libro de recetas de la Thermo) y…

¡¡¡¡TAAACCHHHAAAAANNNNNN!!!

¡Espero que os haya gustado la idea, y si decidís ponerla en práctica, mandadnos vuestras fotos para que podamos compartirlas con todos los demás!
