Dos investigadores de células madre han compartido el Premio Nobel de
Medicina de 2012, un anciano británico, Sir John B. Gurdon, y un
japonés más joven, Shinya Yamanaka. Por una curiosa coincidencia, Sir
John hizo su descubrimiento en 1962, el año de nacimiento de Yamanaka. Ha sido un premio a la reprogramación celular de Yamanaka y un reconocimiento al inicio de la investigación con células madre.
Cincuenta
años de investigación con células madre que han generado muchas
controversias. Entre 2001 y 2008, la investigación con células madre
competía con el cambio climático como el tema científico más polémico.
Pero desde entonces, la tormenta amainó - básicamente debido a los
logros de Yamanaka. De hecho, Tom Douglas, del Centro Uehiro para la
Práctica Ética, de la Universidad de Oxford, describe el trabajo de
Yamanaka como "un raro ejemplo de un descubrimiento científico que
resuelve más problemas éticos que los que crea".
Sir
John descubrió que el desarrollo celular es reversible. La ciencia
convencional estimaba que las células, una vez especializadas, nunca
podrían cambiar , como los nervios, la piel o las células musculares. Él
demostró que esto estaba mal, sustituyendo el núcleo de un óvulo de
rana con un núcleo de una célula intestinal madura. Esta célula
modificado se desarrolló en un renacuajo normal. Este asombroso
experimento condujo a la clonación del primer mamífero, la oveja Dolly,
en 1996, y los intentos posteriores de científicos de clonar seres
humanos.
A pesar de jactancia de algunos científicos,
todo el mundo tenía algunos reparos en destruir embriones para obtener
células madre. Incluso Thomson, que había aíslado y cultivado células
madre embrionarias, admitió
que "si la investigación con células madre embrionarias no te hace
sentirte algo incómodo, no has pensado en ello lo suficiente".
Pero,
en 2006, llegó la noticia sorprendente de la Universidad de Kyoto.
Shinya Yamanaka había descubierto que las células de la piel de ratones
adultos pueden ser reprogramadas para convertirlas en células madre
inmaduras. Fue un paso de gigante en la investigación de células madre.
Yamanaka había encontrado que, mediante la introducción de sólo unos
pocos genes, células especializadas de la piel podrían convertirse en
células madre pluripotentes, es decir, células inmaduras que pueden
convertirse en todos los tipos de células en el cuerpo. Hasta entonces,
la creación de células pluripotentes sin recurrir a la clonación parecía
imposible. Era como pasar de un terreno lleno de baches a una autopista
de seis carriles.
Lo demás es historia. En una entrevista con elNew York Timesen 2007, Yamanaka recordaba un año antes del día en que hizo una visita de cortesía a la clínica FIV de un amigo.Allí, él miró a través de un microscopio."Cuando vi el embrión, de repente me di cuenta de que sólo había una pequeña diferencia entre él y mis hijas. Pensé: no podemos seguir destruyendo embriones para nuestra investigación. Tiene que haber otra manera."
Una vez más, la experiencia demuestra que la ciencia ética es buena ciencia.