Revista Opinión

Un presidente amoral (P.S.)

Publicado el 28 agosto 2018 por Daniel Guerrero Bonet
Un presidente amoral (P.S.)No podía faltar, para completar el catálogo de “cualidades” que adornan la personalidad de Donald Trump, objeto del artículo anterior, su tendencia maníaco-obsesiva, focalizada en Barack Obama, a quien relevó en la presidencia de EE UU., tras las últimas elecciones. Movido por esa tendencia, desde que accedió a la Casa Blanca, Trump no ha cejado en intentar eliminar todo rastro de su antecesor, minusvalorando su impronta y revocando cualquier ley, acuerdo, reforma o iniciativa que hubiera promovido el expresidente, por beneficiosas que fuesen para el país o los ciudadanos. Ni tratados comerciales, ni acuerdos para frenar la proliferación de armas nucleares, ni leyes favorables a los más desfavorecidos son mantenidos por Trump si fueron elaborados por la anterior Administración.
Un presidente amoral (P.S.)Esa actitud claramente psiquiátrica le distancia y enfrenta a correligionarios del Partido Republicano, como el recién fallecido John McCain, un senador que era un referente del republicanismo estadounidense, pero una persona íntegra y educada, coherente con su ideología pero incapaz de atentar contra la dignidad de las personas, aun sean adversarios políticos. Es conocida, al efecto, la anécdota en la que, durante una charla con sus seguidores, no dudó en defender a Obama de las críticas de una asistente, a la que hizo callar diciéndole: “No, señora, es un decente hombre de familia, un ciudadano con el que resulta que tengo desacuerdos en asuntos fundamentales, y en eso consiste esta campaña”. Esa es la diferencia entre Trump y McCain, entre el maleducado fanatismo patológico y el adversario respetuoso y ecuánime. Tanta es la diferencia, aun perteneciendo al mismo partido, que el héroe de guerra recién fallecido ha dejado saber su voluntad de que no quería que Donald Trump asistiera a su entierro. No en balde se había convertido en un enconado obstáculo para Trump, al no estar de acuerdo con las medidas más controvertidas de su presidencia, como la reforma sanitaria o sus iniciativas contra la inmigración. Una diferencia moral y educativa que deja en mal lugar al actual inquilino de la Casa Blanca.

Volver a la Portada de Logo Paperblog