Durante la última década algunos autores, la mayoría afincados en los EEUU, han hecho una crítica general de la civilización. Algunos de ellos han optado por presentarse a sí mismos como anarquistas, aunque generalmente prefieren presentarse como primitivistas. Su tesis central es que la "civilización" es en sí misma un problema que conduce a nuestro fracaso en llevar una vida agradable. La lucha por el cambio sería, pues, una lucha contra la civilización y por un mundo donde la tecnología haya sido eliminada.
John Moore
El anarco-Primitivismo
Los individuos asociados con esta corriente no quieren ser adeptos de una ideología, únicamente gente que busca llegar a ser individuos libres en comunidades libres en armonía unos con otros y con la biosfera, y pueden por tanto rechazar el ser limitados por el término “anarco-primitivismo” o cualquier otra etiqueta ideológica. En el mejor de los casos, entonces, anarco-primitivismo es una etiqueta que conviene utilizarla para caracterizar individuos diversos con un proyecto común: la abolición de todas las relaciones de poder- por ejemplo estructuras de control, coerción, dominación, y explotación- y la creación de una forma de comunidad que excluya todas esas relaciones. ¿Entonces por qué el término anarco-primitivismo es usado para caracterizar a esta corriente? En 1986, el círculo alrededor de la revista Fift Estate (quinto estado) de Detroit señalaron que estaban comprometidos en desarrollar un “análisis crítico de las estructuras de la civilización occidental [,] combinado con una revalorización del mundo indígena y el carácter de las comunidades primitivas y originales. En este sentido nosotros somos primitivistas…” El grupo Fift Estate buscaba complementar una crítica de la civilización como un proyecto de control con una revalorización de lo primitivo, lo que veían como una fuente de renovación e inspiración antiautoritaria. Esta revalorización de lo primitivo se hizo desde una perspectiva anarquista, una perspectiva preocupada con la eliminación de las relaciones de poder. Señalando a “una síntesis emergente de la anarquía post-moderna y del primitivismo (en el sentido original), y una visión entusiasmada basada en la Tierra” El círculo de Fift Estate indicaban: Nosotros no somos anarquistas per se, sino pro-anarquía, lo que es para nosotros una forma de vida, una experiencia integral, sin ninguna relación con el Poder y rechazando todas las ideologías… Nuestro trabajo en el FE como un proyecto explora las posibilidades para nuestra propia participación en este movimiento, pero también trabaja para el redescubrimiento de las raíces primitivas de la anarquía así como en la documentación de su expresión actual. Simultáneamente, nosotros examinamos la evolución del Poder en nuestro medio para sugerir nuevos terrenos para la contestación y la crítica para socavar la tiranía actual del moderno discurso totalitario – esa hiper-realidad que destruye el sentido humano, y de ahí la solidaridad, al simularla mediante la tecnología. Subrayando todas las luchas por la libertad está esa necesidad central: recuperar un auténtico discurso humano fundamentado en la autonomía, mutuamente intersubjetivo y estrechamente asociado con el mundo natural. El propósito es desarrollar una síntesis de la anarquía primaria y la contemporánea, una síntesis de los ecológicamente focalizados, no estatistas, anti-autoritarios aspectos de las maneras primitivas de vida con las más avanzadas formas del análisis anarquista de las relaciones de poder. El objetivo no es hacer una réplica o volver al primitivismo, únicamente ver el primitivismo como una fuente de inspiración, como una ejemplificación de formas de anarquía.
Para los anarco-primitivistas, la civilización es un contexto que lo abarca todo en el cual se desarrollan la multiplicidad de las relaciones de poder. Algunas relaciones de poder básicas están presentes en las sociedades primitivas -y esta es una de las razones por la cual los anarco-primitivos no buscan reproducir estas sociedades- pero es en la civilización donde las relaciones de poder acaban dominantes y arraigadas en prácticamente todos los aspectos de la vida humana y de las relaciones humanas con la biosfera. La civilización -también referida como la megamáquina o Leviathan- se convierte en una inmensa máquina que gana su propio impulso y acaba fuera del control, incluso de sus supuestos reguladores. Encumbrada por las rutinas de la vida cotidiana que son definidas y administradas por patrones interiorizados de obediencia, la gente se vuelve esclava de la máquina, del sistema de civilización mismo. Sólo un rechazo generalizado de este sistema y sus variadas formas de control, sublevándose contra el poder mismo, puede abolir la civilización, y plantear una alternativa radical. Ideologías tales como el Marxismo, el anarquismo clásico y el feminismo se oponen a aspectos de la civilización; solo el anarco-primitivismo se opone a la civilización, en el contexto de la cual las variadas formas de opresión proliferan y se vuelven dominantes- y, por tanto, posibles. El anarco-primitivismo incorpora elementos de varias corrientes de oposición -conciencia ecologista, anti-autoritarismo anarquista, críticas feministas, ideas de los Situacionistas, teorías del zero-work (zero-trabajo), criticismo tecnológico- pero va más allá de la oposición a una única forma de poder para rechazar todas ellas y proponer una alternativa radical.
Texto introducción: AnarkismoTexto completo: caosmosisImagen: Los ingorbernables