Un príncipe saudí en Barcelona

El otro día ojeando los periódicos digitales, como cada mañana, mi mirada se centró en una noticia muy curiosa. "Un príncipe saudí atraca su ostentoso yate en Barcelona y alquila un cine para él", vamos a digerir la gran noticia. Un príncipe de Arabia Saudí, cuyo nombre no pienso ni escribirlo, se encuentra en nuestra querida ciudad de incógnito desde el pasado 5 de octubre. Las pretensiones del petromillonario príncipe son pasar desapercibido, por eso solamente ha venido con un pedazo de yate de más 120 metros de eslora llamado Turama. Ha alquilado entera un área de ocio en la zona del Fòrum y se ha cerrado para él una conocida librería barcelonesa.  Espero que con su visita ya quede zanjada la deudas que tiene nuestro ayuntamiento con cagadas tan monumentales como el Fòrum. Al menos servirá de algo la visita de este personaje tan peculiar y tan sospechoso para nuestras autoridades.  No olvidemos que otro príncipe del mismo pueblo que éste, está acusado de violación en Ibiza. Las autoridades españolas, conocedoras de su llegada y de los recientes asuntos judiciales en los que se ha visto la casa saudí en nuestro país, ha dispuesto que un equipo especial del servicio de seguridad y protección de Madrid se traslade a Barcelona para supervisar la visita real. El príncipe saudí, que además detenta cargos gubernamentales, llegó a nuestra ciudad procedente de la isla blanca y tiene amarrado el yate Turama en el Port Vell. También se ha reservado para su exclusivo uso privado, unas instalaciones de ocio de la zona de Diagonal Mar, aunque sin que haya trascendido el lugar exacto. Esperemos que la ciudad estruje lo máximo posible su cartera y no cometan ningún exceso ilegal. Costumbre típica de Barcelona, la de estrujar carteras árabes, el caso de Qtar Foundation abrió la veda.  Dinero sí, ¿pero a que precio?