El otro día di con el pronunciamiento de Miguel Primo de Rivera, y no pude menos que observar risueño una de las frases que lo conforma. A continuación transcribo el pronunciamiento en sí: seguro que encontráis la curiosa frase. Pero antes, una pincelada al hecho histórico.
Nos hallamos a comienzos de 1923, y la situación política española atraviesa un momento difícil. El gobierno se encuentra con que desde distintos sectores de la oposición se comienza a abogar por una solución autoritaria. Un tal general Aguilera aspira al poder, pero sin éxito alguno. En Madrid, un grupo de generales conocido como 'el Cuadrilátero' (Berenguer, Saro, Dabán, Cavalcanti) conspiraban sin demasiado disimulo. El propio Maura - quien a diferencia de los anteriores, no era militar - aconsejaba al rey que 'gobernaran los que no dejaban gobernar', es decir, proponía al ejército para el cargo. Finalmente, accedió al poder quien todos sabemos, mediante el pronunciamiento del 13 de septiembre realizado desde Barcelona. No fue mal recibido, reconociendo el opositor duque de Maura que el nuevo régimen tuvo tras de sí 'una fuerza de opinión como rara vez la gozó gobierno alguno de España'. El gobierno a la sazón, de concentración liberal, se mostró pasivo y si se defendió fue por puro formalismo. Incluso Alcalá Zamora, futuro dirigente de la república del 31, mostró su asentimiento ante el golpe, mientras que los socialistas permanecían expectantes. El mismísimo Azaña, quien eso sí, jamás estuvo de parte de Primo, reconoció que éste fue bien recibido porque el país 'estaba presidido por la impotencia y la imbecilidad'. Tampoco hizo malas migas entre numerosos católicos e intelectuales (sin querer juntar ambos términos, y sin querer dejar de hacerlo). Y lo más importante: la opinión pública lo recibió con un entusiasmo comparable al que acogería a la II República. Todo ello fue posible gracias a que el general parecía traer al fin la regeneración que tanta falta hacía a España. Ahora sí, el documento:
El pronunciamiento de Primo de Rivera
"Al país y al ejército.
Españoles: Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender al clamoroso requerimiento de cuantos amando la Patria no ven para ella otra salvación que libertarla de los profesionales de la política, de los que por una u otra razón nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que ellos dicen no dejan gobernar, aludiendo a los que han sido su único, aunque débil, freno, y llevaron a las leyes y costumbres la poca ética sana, el tenue tinte de moral y equidad que aún tienen; pero en la realidad se avienen fáciles y contentos al turno y al reparto y entre ellos mismos designan la sucesión.
Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas, que sin poner remedio a nada dañan tanto y más a la disciplina que ésta recia y viril a que nos lanzamos por España y por el rey.
Este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón sin perturbar los días buenos que para la Patria preparamos. Españoles: ¡Viva España y viva el rey!"
Bien, ahí tenéis el discurso. Se alude en él a distintas cosas: a la deplorable situación, al monarca que tan mal parado saldría de estos años venideros (ya sabéis, adiós a Alfonso XIII con el Himno de Riego de fondo), al directorio civil.....pero esos son aspectos que dejamos para posteriores publicaciones. Ahora vamos a lo pueril, a la chorrada más grande de todo el texto. ¿La habéis encontrado?¿Sí? No me digáis que no hace sonreir... "Este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad complétamente caracterizada, que espere en un rincón sin perturbar los días buenos que preparamos...." Es una forma recatada - la forma más cursi, como decía mi profesora de matemáticas del instituto (un saludo a ella y a los demás) - de decir algo tan español como "El que no tenga un par de ..." o "El que no los lleve bien puestos". Llama la atención que nadie pareciese fijarse en la frase, o almenos la dejara pasar sin comentario ni crítica alguna, a excepción de Unamuno, quien más tarde tildaría de 'pornográfica' la proclama primorriverenca. Qué crack.
fuente: tomo 6 de la enciclopedia 'Historia de España' de Ediciones Durvan
Un saludo