Emplazada sobre la colina de los Montes Universales, encontramos el pueblo de Albarracín rodeado por un lado por el río Guadalaviar y por el otro por su recinto amurallado que termina en el castillo del Andador.
Poco se puede decir de este pueblo tan pintoresco para expresar toda su belleza. Por un lado las casas colgadas hacia el río, sus calles empinadas y estrechas y su arquitectura popular con su tono rojizo característico.
Iniciamos nuestro recorrido desde la oficina de turismo (existen otra oficina al lado de la catedral) a la entrada del pueblo. Desde aquí podemos coger la senda por el paseo fluvial que recorre el meandro del río Guadalaviar, a lo largo del recorrido por zonas verdes encontramos dos lugares curiosos, este puente colgante, que aprovechamos para cruzarlo varias veces (somos como niños), y a continuación una pequeña noria que subía el agua a una acequia.
Paseo Fluvial de AlbarracínTras disfrutar de nuestro paseo regresamos a la oficina de turismo, desde aquí cogemos una de las calle que asciende hacia el pueblo.
Hay que tener en cuenta que todo el pueblo tiene el suelo empedrado y con muchas cuestas, por lo que si vamos con cochecito de bebé, se hace muy difícil el moverse, por lo que mejor coger una mochila portabebés.
Como ya comentamos todo el pueblo en si es un monumento, por lo que hay que disfrutar de la arquitectura de sus diferentes calles. Nuestra primera parada es la plaza Mayor, de igual aspecto a otras plazas mayores castellanas, tiene una peculiaridad muy interesante, sus balcones con unas magnificas vistas panorámicas.
Playa Mayor de AlbarracínSeguimos por la calle de la derecha en dirección a la casa de la Julianeta, una de las casas más representativas de la arquitectura de la zona. Desde aquí se encuentra el camino que asciende hasta la muralla. El recorrido por la muralla se realiza por una pista por uno de los lados de la muralla. Finalizado el camino podemos atravesar una de las ventanas de la muralla para disfrutar de un mirador desde dónde ver toda la Sierra de Albarracín. Por el otro tramo de la muralla, desde la oficina de turismo, tenemos otro recorrido por la muralla.
Muralla de AlbarracínUna vez recorrida la muralla volvemos sobre nuestros pasos, en dirección a la Catedral. Actualmente está con obras de rehabilitación, pero existen visitas guiadas desde la oficina de turismo que hay al lado.
Muy cerca de la catedral también encontramos el castillo del Andador, se encuentra en muy mal estado, por lo que solo recomendamos el exterior.
Castillo de AlbarracínYa llegando al final del pueblo, nos topamos con la Torre blanca, una de las torres defensivas de Albarracín. En su interior alberca un centro de exposiciones, para acceder hay unas escaleras exteriores con vistas al cementerio, así que no son actas para supersticiosos y personas con vértigo.
Finalizado nuestro recorrido por el pueblo de Albarracín, si nos quedamos con ganas de más, tenemos dos posibles alternativas. Una es coger el coche por la carretera que sale por detrás de la oficina de turismo, a cuatro kilómetros tenemos el parking-merendero dónde parten las pistas de senderismo para ver las diferentes pinturas rupestres que se encuentran en la Sierra.
Pinturas rupestres de AlbarracínLa otra es acercarnos al pueblo de al lado, Gea de Albarracín, dónde se encuentra uno de los acueductos más largos y mejor conservados de España.
Dónde comer: En la plaza Mayor y las calles que salen desde aquí están llenas de bares, principalmente se lleva el tapeo y por suerte los precios no son caros. Además en la parte nueva (detrás de la oficina de turismo) hay un supermercado.
Dónde dormir: Nosotros estuvimos en el hotel Arabia, las habitaciones están muy bien y el precio es adecuado, como punto negativo los recepcionistas no son muy agradables. Para bolsillos más humildes existe un camping muy cerca de aquí.
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