Un pueblo vivo
Alza ambas manos al cielo, al ritmo de la percusión del tambor siguiendo el cántico del coro de voces al unísono clamando a gritos un mensaje de paz y alegría. ¡Alegría!
Estamos de fiesta.
El coro es la voz de la esperanza. Formado por un grupo de jóvenes con ganas de comerse el mundo, como es debido. Han superado la infancia, para más de uno todo un reto.
Han superado días de hospital, ingresados por episodios de diarrea, neumonía, desnutrición…
La niña que un su día estuvo ingresada en el hospital por una desnutrición aguda, ha sido recuperada y ahora se ha convertido en una joven que entrega su voz en el coro de la alegría, su cuerpo y alma a estudiar con el sueño de convertirse en enfermera y poder mejorar así la condición de vida de su humilde familia y la salud de su pueblo.
En esta generación está el futuro del pueblo, y esta generación está más viva que nunca, el pueblo está más vivo que nunca.
¡Apostamos por ello!
Están escribiendo su propia historia y la de su pueblo.
Porque mejorando su alimentación mejoramos su salud, su rendimiento escolar, su futuro, el de su familia y el de todo su pueblo.
Sonríen las paredes del hospital mirando como el suero salino sigue infundiendo vida a los nuevos niños que ingresan hoy en el hospital por episodios de diarrea, neumonía o desnutrición… En unos años, el niño que ahora está tumbado en la camilla será el enfermero con la bata blanca que inyecta la medicación.
Estamos viendo crecer las futuras enfermeras, matronas, pediatras, nutricionistas, profesoras, ingenieras…
Un pueblo vivo