Oye tu, observa ese punto, ¿Es pequeño no?, déjame decirte que ese pequeño grano de arena es tu casa, o mejor dicho, nuestra casa. Esta imagen la he visto unas mil veces y siempre vuelvo a sentir lo mismo que sentí aquella primera vez, esa presión en el pecho que me deja perplejo, una mezcla de ansiedad, admiración, miedo y una extraña sensación de melancolía, esta maravillosa imagen es mi refugio, pero un refugio que engaña, un refugio que me hace mal, porque es aquí donde todo pierde sentido.
Entras a las redes sociales y solo observas hambruna, guerras, enfermedades, odio, egoísmo, rencor, destrucción y un sin fin de males, nuestras vidas son un destello en el inmensurable universo y ante nuestros ojos tenemos la prueba de ello, un haz de luz y un pequeño punto pálido sumergidos en total obscuridad y a pesar de eso solo observo caos y destrucción a mi alrededor, como es posible que en un diminuto grano de arena haya lugar para tanta maldad, insisto, cuando observo esta imagen todo, absolutamente todo, pierde sentido, porque odiar cuando puedes amar, porque hacer el mal cuando puedes ayudar, porque pensar en tus intereses cuando el interés de todos es el bienestar común, porque creerte grande cuando en esta imagen puedes observar lo pequeño que eres. Solo cuando comprendes lo pequeño que eres puedes valorar las pequeñas cosas y aprendes a apreciar todo lo maravilloso de este punto azul. Siento un nudo en la garganta al escribir esto y de mis ojos salen lagrimas que no puedo contener, hoy 14 de febrero del 2020 se cumplen 30 años desde que el Voyager 1 tomo esta maravillosa imagen y también se celebra el día de los enamorados, y este escrito se lo quiero dedicar al amor más grande que me dio la vida a ese pequeño punto azul pálido.