Revista Cultura y Ocio
Podría sin embargo haberlo reducido todo a ella, a un sistema me-lamento-porque-no-te-tengo, un simple y complicado me desmayo-me atrevo-estoy furioso, pero eso sería faltarse a sí mismo y a la verdad, que al fin y a la postre era lo que Gabriel buscaba y estaba claro que no podía ignorar si es que habíamos avanzado algo. No, sabía si algo podía saberse que el problema residía en su centro y no podía darle nombre, como no debía darle nombre a ningún problema que quisiera tapar como se mete el polvo debajo de la alfombra y ya no más, y quizás fuera así mejor y no quisiéramos que se desatase una tormenta o quien sabe si ya la pandora se ha abierto.
"No debí saber quien eras, no debí contar mis penas" suena de robado de los altavoces del Guerrica y no, no queda todo reducido a eso, no es que. Hay más, un no hallar el reposo, un centro, un nada que se le parezca fuera de un bien, un haber tenido millones de oportunidades para encontrarse, haberse creído encontrado y haberlo olvidado ahora tan rápido, qué poca memoria tenés Gabriel.
"Y mírame, perdiendo peso imaginándote sin mí". Che, mejor no mires, a decir verdad me veo que peso igual no, más por el peso justo aquí dentro, ¿lo notás? Lo de la imaginación ya es más peliagudo porque no hay cosa que te disuada más Gabriel, más que el miedo quien lo diría, aunque la insatisfacción brota de un no-sé-dónde, algo que nace de mucho más atrás, un querer y no llegar, eternamente insatisfecho, deseo de infinitud en un cuerpo y una mente finitas. Quien lo sabe si al final uno no se siente mejor ni soltando las cosas que más me pesaban, fijate que ni soltando la gravedad ni nada.
"No vaya a ser que toque hueso". Vaya que si lo tocaste o lo toqué, lo tocamos juntos, nos perdimos solos, o te perdiste, o me perdí, o qué se yo. Menos mal que existe el fútbol che, y a todos nos gusta el circo. Y la cerveza, y mi relaxing café con leche, que no por estar bien dicho deja de ser gracioso y penoso a la vez, como gracioso y penoso a la vez es que siga escribiendo sin parar y lo haga demás en un pseudoargentino imitado y rayuelístico, inspiración que no sé de dónde viniste y que te fuiste sin más ya. Sin avisar.