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Un raro mineral lunar hallado en la Tierra

Publicado el 09 enero 2012 por Jordiguzman
Un raro mineral lunar hallado en la Tierra

Tranquilitita © Crédito: The Geological Society of America

Artículo publicado por Sid Perkins el 3 de enero de 2012 en Science Now
Se ha hallado en la Tierra un mineral anteriormente encontrado sólo en rocas y meteoritos lunares. Los investigadores descubrieron la sustancia – conocida como tranquilitita, por el Mar de la Tranquilidad, donde aterrizaron los astronautas de Apollo XI en la Luna en julio de 1969 – en seis lugares de Australia Occidental. El mineral aparece sólo en cantidades minúsculas y no tiene valor económico, pero los científicos dicen que podría usarse para datar la edad de las rocas en las que aparece.

Poco después de que retornasen de la Luna los primeros astronautas de Apollo, los científicos analizaron muestras de rocas ígneas, conocidas como basalto, que habían recopilado. Las rocas contenían tres minerales anteriormente desconocidos, dos de los cuales – armalcolita y peroxferroíta – se encontraron en la Tierra en la última década aproximadamente. Pero durante los últimos 40 años, el tercer mineral, tranquilitita, no se ha visto en ningún sitio, salvo en rocas lunares y meteoritos lanzados desde la superficie lunar por impactos masivos. El mineral, de tono rojizo-marrón, está mayormente compuesto de hierro, silicio, circonio y titanio, pero también incluye trazas de elementos raros como el itrio. Los geólogos han buscado desde hace tiempo la tranquilitita en rocas terrestres, en parte debido a que los estudios de muestras lunares sugieren que podrían usarse medidas de precisión de las proporciones de isótopos radiactivos del mineral para discernir la edad de las rocas. Ahora, en el ejemplar de este mes de Geology, Birger Rasmussen, geólogo de la Universidad Curtin en Bentley, Australia, y sus colegas informan de que han encontrado finalmente tranquilitita en nuestro planeta.

Los investigadores observaron las rocas de Australia Occidental, particularmente aquellas que no mostraron signos de haber sufrido cambios metamórficos de gran escala en las profundidades terrestres. Esto se debe a que cuando la tranquilitita se ve expuesta a calor y presión excesivos, se transforma fácilmente en otros minerales. El equipo confirmó la presencia del mineral lanzando electrones de alta velocidad a través de minúsculas muestras de roca. Observaron que las motas de tranquilitita dispersaban los electrones en un patrón distintivo que encajaba con el producido por muestras lunares del mineral.

“La tranquilitita no es única en su química global, por lo que es raro que no se haya encontrado antes en rocas terrestres”, comenta Rasmussen. No obstante, señala, el mineral probablemente se ha mantenido oculto por varias razones. Primero, los fragmentos normales de tranquilitita – que tienen forma de minúsculas agujas que se han aplanado – normalmente son pequeños, de unos 150 micrómetros de largo, o ligeramente menos del diámetro que tiene el grosor de un cabello humano. Segundo, las rocas lunares son más prístinas que las de la Tierra, que es mucho más probable que se hayan visto alteradas químicamente, por fluidos calientes ricos en minerales disueltos que fluyen a través de los mismos, o físicamente, mediante procesos geológicos tales como placas tectónicas, que pueden llevar rocas a gran profundidad de la superficie terrestre y las someten a temperaturas y presiones infernales.

Finalmente, dice Rasmussen, la tranquilitita puede confundirse fácilmente con rutilo, un mineral de color similar comúnmente hallado en rocas ígneas. Sólo ciertos tipos de análisis, como los de difracción de electrones llevados a cabo por el equipo, pueden discernir la tranquilitita, y las muestras de rocas terrestres normalmente no pasan por un escrutinio tan detallado, apunta. “Las muestras lunares eran tan preciosas que se estudiaron en gran detalle”, comenta. “Los geólogos realmente desguazaron esas rocas”.

Robert Hazen, científico de la Tierra en la Institución Carnegie para la Ciencia en Washington, D.C., que no estuvo implicado en el estudio, dice que no es sorprendente que la tranquilitita no se haya mostrado hasta ahora. Por una razón, señala, el mineral sólo aparece en pequeñas cantidades y se desarrolla durante las últimas etapas de cristalización de rocas fundidas en condiciones pobres en oxígeno. “Tienes que lograr el conjunto de condiciones adecuado para que se formen estos minerales tan inusuales”. Luego, una vez que se ha formado la tranquilitita, es inestable a largo plazo en la superficie de la Tierra, donde está expuesta al agua, oxígeno y organismos vivos, que pueden disolverla, consumirla o transformar de otra forma los minerales.

A pesar de estos retos, Rasmussen dice que el hecho de que la tranquilitita se haya encontrado en seis yacimientos muy dispersos en Australia Occidental, sugiere que podría ser más común de lo que pensamos en las rocas ígneas. Por lo que si los investigadores buscan lo suficiente en otros sitios, seguro que encontrarán más.

Artículo traducido y posteado en Ciencia Kanija, el original se publicó en Science Now, su autor es Sid Perkins.


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