En uno de los mejores programas de TV3, 30 Minuts, el domingo por la noche pasaron un reportaje que con el título de esta nota trataba sobre las tarifas eléctricas en España, y por segunda vez (la primera fue con Jordi Evole) vi el asunto descrito de manera veraz, tratado desde el punto de vista del usuario, y casi me atrevería a decir poniendo al descubierto las falacias y mentiras en que se basa la inmensa estafa al usuario que es el suministro de energía en España. En el programa expresaron su opinión personas que responden a todo el abanico de posturas frente al asunto, desde el miembro de una asociación de consumidores que creen que la cuestión es de gravedad suficiente como para empezar ya la revolución que muchos políticos hace tiempo que se merecen, hasta el Sr. Eduardo Montes, director de la Asociación Española de la Industria Eléctrica para el que hay razones más que suficientes para que las eléctricas abusen todavía más del usuario español, lo que ocurre es que los hechos que se exponían entre opinión y opinión decantaban claramente la razón hacia el miembro de la asociación revolucionaria y desmentían al Sr. Montes.
Adjunto una nota que escribí en julio 2012 sobre el tema donde ya relaciono un montón de asuntos incomprensibles e inaceptables relacionados con el suministro de electricidad, pero en el reportaje de TV3 descubrí otras muchas razones para cabrearse más todavía.
Todo el lío empezó cuando en 1997 el Sr. Aznar quiso liberar a los ciudadanos españoles del yugo del oligopolio de las compañías eléctricas, y al alimón con el Sr. Piqué, Ministro de Industria, parieron la Ley 54/1997 del 27 de Noviembre, que fue aprobada con el voto afirmativo de CiU entre otros. En el preámbulo de la Ley, esta se justifica en primer lugar por la Directiva de la U.E 96/92 CE del 19 de diciembre de 1996 que planteaba la liberalización de varios sectores, solo que en España no se liberalizó sino que se estructuró todavía más el oligopolio eléctrico. El preámbulo cantaba las alabanzas del mercado libre que a partir de aquel momento iba a ser quien determinase el precio de la electricidad, y para compensar a las pobrecitas eléctricas por la pérdida (nunca perdida) de su oligopolio justificaba un regalo eléctrico de 12.000 millones de Euros que por supuesto iba a pagar el consumidor a través del recibo, la famosa deuda tarifaria, pero que con el paso del tiempo a través de recargos por demora, actualizaciones, etc, curiosamente no se ha cancelado todavía sino que va aumentando, y lo seguirá haciendo hasta que llegue la revolución.
El resultado de dicha falsa y tramposa liberalización ha sido que en los 15 años transcurridos desde que se aprobó la Ley, al Sr. Mercado Libre no lo ha visto nadie todavía en el sector eléctrico, los precios que el usuario español paga por la electricidad se han casi doblado y ya son los más altos del continente, y la trasparencia y claridad que la libertad tenía que aportar al recibo de la luz ha degenerado en un método que no son capaces de descifrar ni un congreso de expertos en Cábalas y jeroglíficos.
Para empezar, solo una tercera parte de lo que pagamos por la electricidad corresponde a la producción y distribución de energía. El resto del recibo está formado por un rosario de recargos por conceptos cabalísticos y esotéricos, de los que voy a explicar dos de los ejemplos que dieron en TV3:
Resulta que en España sobra capacidad de producción de electricidad, y por esta razón hay plantas que no están produciendo continuamente electricidad sino que, en función del consumo, pueden estar paradas incluso varios meses. Pero cuando no funcionan COBRAN POR NO PRODUCIR, cobro que pagamos nosotros a través de un recargo en el recibo.
En las Islas Canarias producir electricidad cuesta más caro que en la Península porque la energía se produce con derivados del petróleo. Pero resulta que en base a que esa Constitución Española que se aplica con tanta rigidez cuando interesa y con tanta flexibilidad e incluso negligencia también cuando interesa, según los que pusieron esta estafa en marcha, establece que todos los ciudadanos deben pagar lo mismo por los mismos servicios, y a que seguro que ya sabéis quien paga la diferencia, que por cierto es de 400 millones de Euros anuales, por supuesto, nosotros en el recibo de la luz. El tema canario se complica más porque recientemente se modificó la forma de producir electricidad en la pequeña isla del Hierro con un ingenioso sistema que produce energía eólica, y cuando no hay demanda de electricidad, por ejemplo por la noche, los molinos siguen produciendo y su energía se utiliza para bombear agua a una planta hidráulica que a su vez se utiliza cuando los molinos no funcionan por falta de viento. A pesar que el experimento del Hierro ha tenido éxito, la electricidad producida es mucho más barata que la producida con derivados del petróleo, y que las instalaciones en el resto de las islas se amortizarían rápidamente contra los 400 millones anuales del sistema actual, ni se están planteando otras instalaciones parecidas, ni de momento se ha descontado nada de los 400 millones por la mayor eficacia del Hierro.
Otro de los inmensos perjuicios que la mencionada Ley y otras posteriores han provocado es el abandono de cualquier norma que incentive las energías alternativas, eólicas, fotovoltaicas, etc, a pesar de que España había alcanzado en ellas un nivel técnico e industrial importante, con los agravantes añadidos de que las industrias productoras de dichos equipos están perdiendo posiciones en el mercado internacional por no disponer de un mercado local mínimamente potente, y que España está comprometiendo el futuro de la producción de energía matando la expansión de un sector que en Alemania por ejemplo se han propuesto más que triplicar su capacidad en 10 años con la vista puesta en el objetivo a largo plazo de un 50 % en dicho tipo de energías.
El programa mencionó también la vergonzosa y estrecha relación entre algunos Ministros e incluso Presidentes de Gobierno y las eléctricas. Desde Felipe González y José Mª Aznar a Solbes y Salgado, sin olvidar al Sr. de Guindos que el día que lo nombraron fue directamente de su silla en el Consejo de Administración de Endesa al despacho del Ministro de Economía. En todos los países que funcionan mínimamente bien, los gobiernos defienden a los ciudadanos de todo tipo de abusos por parte de empresas de servicios y multinacionales, pero Spain is different, y aquí los gobiernos colaboran, apoyan y dan soporte incluso legal a los abusos que estas empresas practican sobre sus usuarios, y así no es extraño que aunque las comisiones que cargan los bancos españoles por sus operaciones sean similares a las del resto del continente, el pequeño matiz que en esos países las comisiones están sujetas a importes máximos, mientras las de los bancos españoles están sujetas a importes mínimos, y los mínimos españoles son mucho más altos que los máximos de los países “civilizados”, resulta que nosotros SIEMPRE pagamos mucho más en comisiones que nuestros vecinos, eso sí con la absoluta garantía de que gobierno y Banco de España siempre hacen lo imposible por ayudar…a los bancos. Y qué decir de las autopistas de peaje que en Catalunya, y me imagino que en otros lugares de España donde las haya, ya las hemos pagado varias veces , gracias a incrementos constantes justificados por la inflación en unas empresas a las que el aumento de precios no afecta a la mayor parte de sus costes, y sin embargo las seguimos pagando a bolsillos privados que se han llegado a forrar a nuestra costa de tal manera que han montado verdaderos imperios especializados en el sector del transporte a nivel internacional por generación de beneficios y sin poner un duro de su parte.
Este país tiene un serio problema de corrupción, pero la gravedad de este problema – la colusión entre gobiernos y empresas de servicios para abusar de la ciudadanía – es por lo menos de la misma gravedad que la corrupción, porque viene a ser lo mismo.