Un regalo de Navidad

Deweneti
(Dirigida por Dyana Gaye – Senegal 2006)

Señor hoy quiero darte gracias por el maravilloso regalo de vivir.

Señor haz que el amor este presente en mis palabras y actitudes, que pueda decir soy feliz porque existo.

Te doy gracias por las personas que me acompañaron en mis momentos tristes y por aquellos que comparten mi alegría de vivir.

Gracias Señor porque contigo soy feliz.

Hay muchos micros juntos y taxis que rondan la ciudad. Un policía de tránsito cree con las manos liberar el tráfico. Un niño de polo azul roto y sin zapatos cruza la avenida de pista caliente y se acerca al policía. Le pide una limosna. El policía de tránsito le dice que tiene muchos problemas, primero los micros, luego los ladrones y hasta los políticos. El niño conforme lo va escuchando, va bajando la cabeza en señal de que esta perdiendo una limosna.
De pronto al niño se le ocurre una idea y le dice:
Señor si usted me da una limosna, yo voy a orar por usted para que se convierta en el mayor jefe de inspectores de tránsito de todo el país.
El policía se sonríe y le dice pregunta al niño si jura lo que esta diciendo. El niño le dice que lo jura. El policía observa a un taxista, lo detiene y le dice que esta loco. El taxista le pregunta por qué le dice eso. El policía le dice que casi mata al chico de polo azul. El taxista le responde que ni siquiera lo tenía cerca. El policía le dice que lo vio todo y que le de al niño 500 francos como compensación. El taxista dice que sólo tiene 300 francos. El niño de polo azul dice que suficiente con eso. El taxista le da el dinero, luego arranca el auto y dice que tanto el policía como el niño están hechos de la misma madera.
El niño de polo azul, cuyo nombre es Ousmane, se va contento con su lata azul y sus 300 francos. Le dice al policía que Dios le va conceder el pedido que va realizar.
Ousmane sigue su camino entre los micros y llega a una vendedora ambulante de comida. Le pide limosna y ella no quiere darle porque toda su plata se le va en lo borracho que es su marido. El niño le dice que va orar por el marido de ella, para que deje de beber, también para que toda la comida del puesto sea vendida. Va conseguir resultados recitando el Corán. La señora le dice que ha ido demasiado lejos pero espera que Dios escuche sus oraciones. Le da dinero a Ousmane, quien se retira contento.
Ousmane se acerca a una camioneta último modelo, le pide al dueño 500 francos. El señor le da 25 francos y se va. Ousmane se queja pero ya es tarde, el tipo se marcho. Sigue caminando bajo ese sol que quema sus pies descalzos.

Ousmane entra a un supermercado, siempre acompañado de su fiel lata. Observa la sección juguetes, es navidad y todo esta ambientado de acuerdo a la ocasión. Juega con un reno insertado en una cápsula de agua, cuando de pronto viene un guardia de seguridad, le agarra de la oreja y lo bota del recinto.
Hacia el atardecer, un grupo de niños de la calle, incluido Ousmane están bajo un árbol escuchando a un profesor. Cuando acaba la clase, todos se van corriendo, a excepción de Ousmane quien se acerca al maestro y le pide que le escriba una carta. El profesor le dice para quien quiere que le escriba. Ousmane dice que para Santa Claus para que le ayude con unos pedidos. El maestro se niega a ayudarlo.
Ousmane continua caminando y observa a un hombre que sólo tiene un caballo como único medio para subsistir llevando mercadería. Le pide una limosna. El hombre le dice que sólo tiene a su caballo. Ousmane le dice que si le da un dinero le va pedir a Santa Claus para que le de un caballo fuerte que sea capaz de llevar todo. El hombre de pronto saca unas monedas. Ousmane le dice que Dios le va mejorar la salud a su caballo y lo va hacer el mejor de todos.

El día se va acabando y Ousmane aprovecha para caminar a la orilla de la playa. En el muelle observa los barcos mientras cuenta el dinero del día. Luego busca al Escritor de Cartas, le indican una dirección. Llega a la dirección y entra a la casa del escribano. Un hombre se encuentra dormido encima de su máquina de escribir. Ousmane lo despierta, tocándole el brazo derecho. El escritor le pregunta a quien le quiere escribir, Ousmane le responde que a Santa Claus. El escritor le pregunta cuanto dinero tiene, Ousmane le dice que 500 francos. El escritor le dice que alcanza para 33 líneas.
Ousmane empieza a dictar que para un señor se le otorgue un caballo sano, fuerte y rápido. Para la vendedora ambulante de comida, muchos clientes y que pueda vender toda su comida todos los días y que además su esposo deje la bebida. Para el policía de tránsito que se convierta en el jefe inspector de todo el país. Para que su maestro pueda hacer su peregrinaje a la Meca. Por último que Santa Claus le de al escritor una máquina de escribir nueva y que sea de marca. El escritor se emociona, nunca ha conocido a un niño tan pobre que de tanto dinero pensando en los demás, inclusive en él. Y que además eleve oraciones. Le dice a Ousmane que es un niño bueno.
Una vez tipeada la carta, se la entrega a Ousmane. El escritor le pregunta si tiene algún deseo pero que piense en si mismo, no solamente en los demás. Ousmane le responde que si, es más ya lo hizo, hacer una obra por los demás es como hacerla para si mismo. Ousmane se aleja contento con su lata conteniendo la carta recién escrita. Eleva su lata al cielo, contempla con alegría las nubes como si ahí estuvieran Dios y Santa Claus, que para él son lo mismo.