Trump puede ser acusado de todo menos de no “fabricar” trend topics. La retirada de Siria es un suceso muy mediático con varias lecturas: la más simple es que Trump cumple una promesa de campaña —con la inmigración y el Obamacare no le ha ido bien y con China hoy está en “un equilibrio desequilibrado” de facto— y así “superaría” a Obama que no pudo cumplir su promesa de salir de Irak y Afganistán. Otra menos simple es que, en momentos en que está cambiando drásticamente su equipo y varios de sus íntimos están en la cárcel —Cohen y Manafort— o cerca de ella —Flynn—, el presidente quiera reposicionar su autoridad frente a un sector —el de los “halcones”— con el que ha tenido fricciones (Mattis, secretario de Defensa, antes había criticado abiertamente la idea de salir de Siria).Queda una, “turbia”: un “regalo navideño” a Turquía pero, sobre todo, a Moscú, cuya benevolencia necesita él mucho ahora que el affaire de la conexión rusa en las elecciones crece cada vez más. Pero, ¿acaso no se beneficiaría al-Ásad y, por ende, Irán? ¿O le convendría a Netanyahu un poco de ruido para distraer las acusaciones que tiene?
Revista Opinión
Trump puede ser acusado de todo menos de no “fabricar” trend topics. La retirada de Siria es un suceso muy mediático con varias lecturas: la más simple es que Trump cumple una promesa de campaña —con la inmigración y el Obamacare no le ha ido bien y con China hoy está en “un equilibrio desequilibrado” de facto— y así “superaría” a Obama que no pudo cumplir su promesa de salir de Irak y Afganistán. Otra menos simple es que, en momentos en que está cambiando drásticamente su equipo y varios de sus íntimos están en la cárcel —Cohen y Manafort— o cerca de ella —Flynn—, el presidente quiera reposicionar su autoridad frente a un sector —el de los “halcones”— con el que ha tenido fricciones (Mattis, secretario de Defensa, antes había criticado abiertamente la idea de salir de Siria).Queda una, “turbia”: un “regalo navideño” a Turquía pero, sobre todo, a Moscú, cuya benevolencia necesita él mucho ahora que el affaire de la conexión rusa en las elecciones crece cada vez más. Pero, ¿acaso no se beneficiaría al-Ásad y, por ende, Irán? ¿O le convendría a Netanyahu un poco de ruido para distraer las acusaciones que tiene?