Revista Viajes
Una reunión de amigos blogueros siempre es motivo de alegría y esparcimiento a la par que de grande satisfacción y relajo del espíritu. Gentes que están en contacto todo el año a través de los blogs, de los comentarios, del Facebook, en resumen, de las cosas esas que llaman redes sociales, se ven cara a cara, se hablan y constatan que su colegui bloguero no es un mero conjunto de megabytes ni un reflejo en la pantalla del ordenata.
Es, pues, con ese fin u objetivo, que tres de los mejores blogueros/as de la superficie del planeta Tierra, nos dimos cita en Córdoba, la bella, la sultana y tal (estoy desatado, debe ser la gripe) el 26 de Diciembre del año pasado. Madame Delikat, de Delikat Essences, Claudia Hernández, de la Bitácora culinaria y un servidor, el rey de los aburridos. Cierto que faltaron otros cuya presencia hubiera sido altamente apreciada, pero no todo el mundo puede estar disponible en fechas tan señaladas y llenas de compromisos familiares. Pero os echamos de menos, Viena y Oteador.
Madame Delikat, como sevillana, medio cordobesa, es la que eligió el lugar de la reunión. Ni más ni menos que Casa Pepe de la judería:
Uno que es medio guiri, medio paleto, no conocía Casa Pepe. Tremendo hueco que fué subsanado ese día. Nosotros fuimos de mesa y mantel, pero el restaurante es tambien muy conocido por sus tapas. Y como, muestra, Delikat nos propuso unas berenjenas con miel:
Increíbles, fabulosas. De peder el "sentío" y una mazamorra que es esa especie de salmorejo sin tomate. Es un platillo altamente comunitario, porque todos teníamos que ir metiendo la cuchara por turno. Mucho me plujo y creo que a los demás, también.
Otro platillo a compartir son las vieiras, francamente muy buenas:
Hubo un plato de carne, un bacalao y una merluza. Todo francamente bien. Sobre todo porque, oye, el bacalao ya sabemos todos que se conserva por largos periodos, pero la merluza tiene que venir, sea navegando por el Genil (a contacorriente, válame Dios) sea en camión desde la costa,
Y el detalle chusco y sorprendente, ¡oh amiguetes! es que a la hora del postre, el amable sirviente nos preguntó de donde éramos cada uno de los comensales. Bien, pensé, qué amable, quiere darnos palique regio-nacionalista. Pero pues, ¡tate!, cada uno recibió su plato con su origen grabado en dulce.
Convendréis conmigo, que un plato donde consta que un comensal es de Albacete:
Es menos molón que uno como el de Claudia:
Pero bueno, el hecho es que lo pasamos ("la" pasamos dirían en México) muy bien. Parloteamos, platicamos, criticamos todo lo criticable, reímos todo lo reíble y nos pusimos tifos a comer y a beber. Por cierto, Delikat seleccionó un vino estraordinario: una garnacha de Rioja, "la Montesa", que desde entonces busco desesperadamente sin éxito por ahora.
Tras la cena fuimos dando una vuelta por Córdoba para tomar la última. Córdoba, por la noche, tiene interesantes sorpresas, como la de este regador nocturno, que para no abandonar a su chica, se la lleva puesta:
Esta imagen ligera y simpática, tiene su contrapartida en los que vimos al día siguiente por la calle:
Serios y endomingados caballeros desfilando por la calle. Pero, en fin, al día siguiente, tras un paseo por las calles cordobesas:
Un servidor y su compañía fueron a buscar su equipaje al Hotel Maimónides, donde habían descansado nuestros satisfechos estómagos. El hotel no está mal, un poco viejuno si se quiere y poco aislado de ruidos callejeros, pero bien:
Y nos volvimos a Manilva, que es donde vuetro seguro servidor estaba pasando las vacaciones.
Como prueba de que en Córdoba no todo es música andaluza, os dejo este video de una chica violinista, que vimos el domingo por la mañana:
Por el momento, nada más, amigotes. Aprovecho para desearos a todos ustedes/vosotros un feliz 2016 y esperemos que nos traiga mejores noticias que la movidas que ha organizado 2015.
Besotes a todos