Láminas vintage combinadas con sillas industriales, el blanco y la madera más propios del estilo escandinavo, cojines y mantas de diversos estampados y colores que aportan esa chispa informal y juvenil… Una guitarra formando parte de la frescura del ambiente… Cada detalle cuenta, por separado quizá pasarían desapercibidos pero es la globalidad y la perfecta combinación la que hace de este salón un rincón especial y muy personal. Se respira alegría, vitalidad, energía, creatividad… ¿Te sentirías identificado con esta mezcla de estilos?