un salón para enamorarse

Que sienta especial debilidad por las viviendas decoradas con cierto aire marroquí no es una novedad para ninguno de vosotros ¿verdad?. Todavía no veo con claridad cual fue el inicio de mi obsesión por poner en cada rincón de casa un cojín bereber, una mesita árabe o cualquier complemento que me recordara a la estancia en un maravilloso Riad. La primera compra creo que llegó desde Granada, y fueron un par de mesas que nos gustaron para poner en el dormitorio a modo de mesillas, aunque pocas veces han ocupado su lugar y andan dando vueltas por varios rincones de la casa. Después pusimos un par de poufs de cuero en el salón y nos fuimos animando... Para terminar la semana, os enseño un salón-comedor muy especial para mí, pues es precisamente una espacio que me enamora con cualquiera de sus detalles.



mi casa
¡¡¡Soñando con tener una pequeña casa en el campo!!! Feliz fin de semana.