Tras el sacrificio ceremonial, depositó en la mesa la vasija de cristal con la pócima púrpura, se limpió la cara de pintura de guerra con un paño húmedo y bajó del altar de los canallas.
Salió del lado oscuro y subió en el ascensor hasta su enorme y luminoso despacho. Entró con solemnidad, se ajustó las gafas no graduadas de miope inofensivo y tocó la pantalla que ocupaba la parte central de su mesa. Cuando apareció, Emma, su ayudante principal, se puso de pie y adoptó una postura de apacible mansedumbre.
- ¿Qué tal me queda este gesto de beatífico filántropo?
- Es sugerente, Max, la gente es muy superficial y das el pego.
- Espero que siga así durante mucho tiempo, mi personaje requiere cierta ingeniería y un adecuado tuneado sin llega el caso. ¿Qué tienes para hoy?
- Más homenajes de tus admiradores -soltó Emma, con cierta displicencia.
- Esas siempre son buenas noticias.
- Al parecer quieren hacerte honoris causa por la Universidad Invisible de Ankh-Morpork... y espera que lo miro por aquí... por la Facultad de Medicina de la Universidad Privada de Deliranta Rococó en España.
- La verdad es que no las conozco pero se agradecen los premios desde lugares extravagantes. Me encanta que gente desconocida se sienta generosa y valore nuestros desvelos para mejorar el mundo. ¿Del Nobel de la Paz no se sabe nada?
- Nada por ahora y esos que les hemos sondeado en abundancia.
- Ya sabes como son los nórdicos, tan fríos y reservados.
- Serán reservados pero no le han hecho ascos a nuestras promesas. Por cierto, se ha confirmado que el presidente Lex Luthor puede ser un candidato rival. También se habla del fiscal Harvey Dent o quizás tiren para casa y se lo den a Loki Laufeyson.
- Nosotros hemos estado en la vanguardia filantrópica y humanitaria con el Covid-19. De hecho, somos una multinacional del Covid-19. Mascarillas, tests, respiradores, equipos quirúrgicos y de protección, aplicaciones de rastreo y hasta se rumorea que tenemos una vacuna guardada que solo daremos a conocer cuando otros encuentren la suya. Encima nos llevamos genial con los chinos que manejan el cotarro. El mundo es nuestro ¿acaso no sería un escándalo que le dieran el premio a ese sinvergüenza de Lex Luthor o a cualquiera de los otros supuestos salvadores de la humanidad?
- ¿Un escándalo, Max? ¿Te has preocupado por saber la clase de tipejos que lo han ganado antes?
- Cierto. En todo caso, evitemos los riesgos y demos la mayor prioridad al asunto. Contrata a los habituales para desvelar los trapos sucios de la gente comité y si es necesario para machacar alguna cabeza recalcitrante. No tengas reparos en extorsionar a sus familiares más cercanos. Hazlo bien, que a veces eres demasiado sentimental.
- No soy sentimental, es que creo que estamos sacando las cosas de quicio.
- ¿Después de todo este tiempo en el corazón de mi supuesta podredumbre tienes todavía escrúpulos morales? No me lo puedo creer, si vives a todo trapo.
- ¿Acaso eres consciente de la clase de bicho en que te has convertido? Cuando te conocí, eras un joven emprendedor algo cabrón, ahora eres un viejo cabrón emprendiendo grandes cabronadas. Y luego cuando te pones en plan de iluminado predicador medieval dando lecciones morales a todo el mundo me crispas los nervios. Es muy fuerte saber lo que hay debajo de tu falso humanitarismo.
- Vivimos en una sociedad remilgada e hipócrita donde todo está protegido por una capa de paternalismo autocomplaciente y ridículo. Nos obligan a seguir una falsa ética en la que nadie cree. Quien se sale del redil es condenado sin remedio y recibe toda clase de descalificaciones. Hay que ser como ellos si quieres dejar tu huella en el mundo. Si van de santos, hay que ser el más santo. Si van de canallas, debo ser el más canalla.
- Y por supuesto como te consideras por encima de todos, ahora eres un santo canalla privilegiado.
- Veo que me tocó el sermón dominical a cargo de una persona que nunca tuvo el menor reparo de pringarse en el lado equivocado de la película.
- Yo estaré pringada pero tú no puedes esconder tu debilidad. Conozco esa especie de altar secreto que tienes en el sótano del edificio. Sé que allí te pintas la cara, bebes una extraña pócima que conseguiste de un brujo misterioso y que practicas ritos con sangre. Sé que necesitas consumir tu dosis diaria de rabia y de odio para no perder tu fortaleza. Sin ella, te volverías humano y compasivo; por tanto, te sentirías abrumado por tus delitos.
- No lo veo tan trágico, podría llegar a ser un buen tipo sin recurrir a mentiras como ahora.
- Eres muy cínico pero frágil, el sentido de culpa acabaría contigo.
- Realmente sabes mucho y no deberías saber tanto en beneficio de tu propio bienestar. De veras que lo siento.