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Un señor muy respetable

Publicado el 16 marzo 2012 por Icíar
Un señor muy respetable Escritor: Naguib Mahfuz.
“El tiempo como la espada, si no lo matas, te mata”
No había momentos de ocio y aburrimiento para Uzman, sobre todo desde que “la sagrada llama de la ambición prendiera en su corazón”. Uzman quería ser funcionario. Uzman iba a ser un funcionario del más alto nivel. Ese sería el objetivo último de su vida entera. Y es que, no en todos los países se considera el empleo de funcionario como de las profesiones más respetadas entre las profesiones. En Egipto, parece ser que desde tiempos remotos, se consideraba como ciudadano ideal al funcionario. “Los mismos faraones eran funcionarios elegidos por los dioses para gobernar el valle del Nilo”. Así parece que lo dice Naguib Mahfuz en este novela corta.
Uzman aceptaba la sociedad de la que procedía, en la que para un individuo como él, llegar a ser funcionario, incluso del más bajo nivel no era asunto fácil. No creía en revoluciones, sino en su propio trabajo y sacrificio. Su vida consagrada a Dios, materializado en ese objetivo sagrado, por algo provenía de un barrio en que religión y vida andan unidas. Esta meta sería la que ofrecería a su Dios en el juicio final, lo conseguido con sus renuncias. Todo eso se decía así mismo Uzman.
En este camino pedregoso va rechazando las oportunidades afectivas sinceras que le surgen, va también “dejando pasar los efímeros y simples placeres de la vida”. No es un mal hombre este Uzman, pues en su escalada social no pisa más cabeza que la suya. Aunque eso sí, de vez en cuando, un mal pensamiento de alguna desgracia ajena que le acorte un poco el duro camino, “¡Ay, señor, pero perdóname por mis malos pensamientos!” volviendo inmediatamente a su rutinaria disciplina.
Pero se va haciendo mayor, y a pesar de los logros, la melancolía por los sacrificios realizados no puede sino aparecer. Sólo el máximo nivel podría compensar lo perdido. Ahora “su ambición le parecía demasiado larga para una vida tan corta”, una vida que se le va yendo. Y es que la necesidad de calor humano, ahora cuando el tren se ha ido, le empieza a obsesionar, tanto o más que incluso la obsesión primera.
“Quiero saber el secreto de la existencia”
En resumen: me gusta todo lo de Naguib Mahfuz. No es de lo mejor que he leído de él, pero me gusta. Me resulta muy agradable la sensibilidad de este escritor.

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