Revista Diario
Un mes de Septiembre, de hace muchos muchos años ( no recuerdo exactamente si tenía tres o cuatro años), cuando fuí al cole por primera vez, conocí a mi amigo Jose.
Cursamos juntos preescolar, donde nos conocimos, y luego pasamos juntos al cole.
Posteriormente, cada uno fuimos a un instituto diferente y en esa edad tan díficil que es la adolescencia, todo apuntaba a que nuestros caminos se separarían. Institutos diferentes, amigos diferentes, poco tiempo para compartir y aparentemente nada que ver el uno con el otro. Y es que he de reconocer que en esa época éramos la noche y el día. Yo no paraba en casa, era culo de mal asiento, me encantaba estar rodeada de gente, salir de fiesta y aborrecía con toda mi alma estudiar. El, en cambio, salía lo justito , no le gustaba demasiado relacionarse y estudiaba mucho.
Pasados los primeros años de instituto, esas diferencias se fueron matizando y empezamos a compartir las cosas propias de los adolescentes...salidas, historias, borracheras, secretos inconfesables...En fin, lo que se hace con tu mejor amigo.Y es que creo que desde el día en que nos conocimos hemos sido los mejores amigos.
El tiempo pasó y llegó David...
Siempre pensé que cuando fuera madre, Jose tendría un papel importante en la vida de mi hijo, puesto que era una parte importante de mi vida, pero nunca imaginé que se implicaría del modo en que lo hizo. Se interesó constantemente por mi embarazo y no faltó al hospital ni uno solo de los días en los que estuve ingresada (y si faltó es porque yo se lo pedí, bien por encontrarme muy cansada, o porque sabía que el tenía otras cosas importantes que atender). Se puede decir que después de la cara de Papá, de mis padres y de David, fué la que mas ví durante esos días.
Luego, viendonos a veces más y a veces menos, siempre ha encontrado la ocasión para preocuparse por mi y por su sobrino y para acompañarme en los malos momentos, que también los ha habido.
Y digo su sobrino porque para mi, que soy hija única, él ha sido lo más cercano a un hermano.
Así que por todo lo que os he contado y sobretodo por todo lo que me dejo (para que no me acuse de airear su vida privada, jejeje), hoy quería dedicarle unas palabritas.
Porque me apetece. Porque se las merece . Porque le quiero.