Imagen: xornalcerto
El pasado día 25 el Conselleiro de Economía e Industria de la Xunta de Galicia, Javier Guerra, presentó las tres start-up que van a ser financiadas por el fondo de capital riesgo Xes-innova de la Xunta, haciendose referencia a que éste era el primer paso hacia un Silicon Valley gallego.
Conozco uno de los tres proyectos financiados y me parece un gran proyecto, con un planteamiento y un desarrollo muy buenos y una perspectivas de éxito altísimas. Desconozco los otros dos pero imagino un potencial similar en ellos, sin embargo para crear algo similar a Silicon Valley en Galicia hace falta algo más, y no hablo sólo de dinero.
Llevo ya un tiempo en contacto con este sector y viendo proyectos, iniciativas e ideas, puedo asegurar que, en este caso, ahí no hay carencias. Tampoco hay déficit de ganas de hacer cosas por parte de los emprendedores, pero sí los hay de otro tipo.
Porque mucho de los proyectos que he visto carecen de un sólido soporte empresarial, la mayoría son estructuras productivas que antes o después se encuentran con el problema de no tener sistemas de comercialización claros para sus productos ni tampoco unidades de gestión que sirvan para planificar, asignar recursos o tomar decisiones de dirección empresarial.
Para crear un Silicon Valley gallego se necesita una infraestructura empresarial que limite esas carencias, el programa de la Rede Mentoring de la Xunta de Galicia es una gran iniciativa en ese aspecto, pero no tiene la demanda que debería y hay muchísimos más mentores que empresas que solicitan ese programa (y eso que es gratuito). En las condiciones actuales, se hace necesario potenciar más en este aspecto.
Consultoría de servicios empresariales.
Asesoramiento fiscal, laboral, contable y gestión de empresas.
Formación y divulgación de la actividad empresarial.
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Se necesitan también referencias de éxito dentro del tejido empresarial que puedan servir de modelo a los que lo están intentando. Hay ya algunas empresas del sector que pude servir de ejemplo y de modelo a seguir, así que debería de potenciarse la difusión de las actividades de éstas compañías para, por un lado, mostrar a la sociedad gallega el presente y el futuro de un sector que puede ser una de las locomotoras económicas de la Comunidad y, por otro, que los propios emprendedores puedan estudiar esos modelos para que sus proyectos alcancen ese nivel.
Si la propia sociedad ve el potencial y la realidad del sector, será mucho más fácil el camino. Podrá haber mayor iniciativa privada que apueste por proyectos y podrá hacerse visible un tejido empresarial vinculado al sector que sea representativo aquí, en el resto de España y en el extranjero.
Ojalá el acto del miércoles sea el inicio de la creación de un Silicon Valley gallego. Desde las instituciones, si realmente se quiere apostar por el sector tecnológico, deberían plantearse una apuesta mayor, tanto económica como de apoyo en el resto de aspectos.
Bienvenido el Silicon Valley gallego, ahora hay que apostar de verdad por el y trabajar para que no sea el titular de un periódico y se haga realidad.