Hace algún tiempo, en la portada de un libro, encontré una foto que me llamó la atención. En ella, en primer plano, aparecía un prisionero de guerra alemán durante la Segunda Guerra Mundial. El protagonista de la instantánea ocultaba su rostro con la mano izquierda; estaba claro que no quería mostrar su rostro al fotógrafo, ni a la posteridad.Estaba claro que el fotógrafo había reparado en él, pero ¿por qué motivo? Para mí estaba claro: se trataba de un soldado que, pese a estar muy condecorado, era extremadamente joven. Poco más se podría decir a simple vista de él. Y sin embargo, estudiando la foto al detalle, el especialista (yo me considero como tal, perdonad la inmodestia) descubre más detalles.En la parte izquierda del cuello de la guerrera, puede observarse el distintivo de su rango: tres alas desplegadas. Esto lo identifica como un Obergefreiter (Cabo).Más cosas. Si nos fijamos en las condecoraciones en su pecho, en medio de las otras dos, figura una insignia que indica que es un paracaidista de la Luftwaffe (Fuerza Aérea).
(Continuará)