Un soleado día en los “Lagos de Covadonga”: Parque Nacional de los Picos de Europa

Amanece en la bella Asturias y el sol sigue inundando los días. Una de las recomendaciones a tener en cuenta a la hora de visitar los “Lagos de Covadonga” es que debe ser en un día claro y sin nubes. La bruma y la niebla de los días grises no dejan ver nada en la zona. Así que me decidí y puse rumbo al “Parque Nacional de los Picos de Europa”.

Este parque es el más extenso de la Península y se encuentra delimitado por los Ríos Sella y Deva. El acceso a los lagos se realiza a través de una estrecha y sinuosa carretera que parte desde Covadonga, de unos 12 km de distancia. Tanto en la subida como en la bajada pude ver como ovejas, cabras y vacas pastaban a sus anchas. Incluso en algunos momentos invadiendo el asfalto. Así que tranquilidad y lentitud a la hora de circular por aquí es lo que os recomiendo, además así aprovechamos las preciosas vistas con las que nos deleita el trayecto.

Serían las 11 de la mañana cuando comencé la subida y decidí dejar el “Mirador de la Reina” y el “Lago Enol” para el final y comenzar la visita por el último de los lagos, el “Lago Ercina”. Dispone de un pequeño aparcamiento anexo a un restaurante. Tras ubicar el vehículo decidí subir a la cima de una pequeña ladera. Desde allí el deleite de  las vistas de estos lagos inmersos en un paisaje de alta montaña fue inevitable. Este mirador recibe el nombre de “Mirador Entrelagos”.

Después de almorzar seguí recorriendo la zona y llegué hasta las viejas explotaciones mineras de los alrededores. De camino a las mismas de “La Bufarrera” me tope de frente con el “Centro de Interpretación de los Picos de Europa” . En él existe una exposición permanente sobre el parque.

La siguiente parada es el “Lago Enol”, el mayor de los lagos de origen también glaciar. En torno a él giran varias leyendas. Una de ellas narra que su nacimiento se debe a la negativa de unos pastores a dar cobijo a una virgen, que a modo de venganza convirtió el valle preexistente en este lago. Aquí también existe una cabaña con un restaurante donde sirven fabes con almejas y chorizos a la sidra.

Comienza a refrescar y decido continuar para aprovechar las vistas desde el “Mirador de la Reina”. Unas vistas de las majadas y de la zona de Cangas de Onís que sorprenden en medio de las escarpadas montañas. Las nubes impiden ver el mar cantábrico pero según indicaba el panel informativo debía estar escondido tras ese mar de nubes. El acceso a los lagos está permitido durante todo el año, excepto en temporada de verano, semana santa y determinados puentes. En estas épocas, debido a la mayor afluencia de visitantes, el acceso solo es posible desde Covadonga a través de autobús, taxis y vehículos autorizados. Esta restricción no es aplicable a personas con algún tipo de discapacidad que se trasladen con vehículos acreditativos.

Antes de llegar a Covadonga me detengo en el “Mirador los Canónigos” pero apenas pude observar el horizonte ya que los frondosos árboles que lo rodean impiden las panorámicas.

Si os apetece ver el vídeo aquí os dejo el enlace