Un solo escenario: la caotización del caos

Un solo escenario: La caotización del caos
El gobierno cavó su propia tumba al erradicar la república, al hacer de las instituciones del Estado apéndices partidistas, al hilvanar pobreza dependiente a “políticas sociales” para dominarlas electoralmente creyendo el boom petrolero iba ser permanente, con el que se podía aplastar toda oposición, al sector privado, con el que los fracasos se ocultarían con importaciones y becas a granel.
Ido el boom quedó el fracaso, hoy el financiamiento criollo e internacional es una esperanza hueca, el gobierno no genera confianza ni a sus aliados, por tal motivo, el cada vez más reducido ingreso petrolero (por baja en la producción de PDVSA, deudas acumuladas, corrupción y despilfarro) se destina a evitar la morosidad internacional, default que oficializaría la ya consabida quiebra del Socialismo del Siglo XXI, ese esfuerzo hace que las importaciones de alimentos disminuyan, empeorando las ascendentes escasez e inflación.
Ello trae otra consecuencia, expertos advierten que el gobierno está terminando de quebrar la nación, remata facturas petroleras que tienen otras naciones con Venezuela, venden activos de PDVSA, permite la explotación de nuestras riquezas minerales como forma de pago (Arco Minero), negocia las reservas de oro y consume las internacionales, la prioridad es honrar los compromisos foráneos, deshonrando a los venezolanos con humillantes colas, racionamientos y un indignante sistema de alimentación por cajitas de comida.
La democracia es perfectible, por tal motivo la actividad opositora, el contrapeso entre los poderes públicos, son las insustituibles defensas que ella tiene, entre otras brillanteces, para evitar lo que ha pasado en Venezuela estos luengos 18 años; la imposición de un sistema político/económico primitivo, oscurantista, conocido como el “Socialismo del Siglo XXI”.
¿Qué hace el gobierno? Intenta aferrarse al poder con los recursos que le van quedando a la república, continúa ignorando la dinámica democrática, burla la indeclinable fe democrática que tienen los venezolanos, se apoya en la represión desmedida ante las crecientes protestas sociales, se inventa una constituyente 100% ilegítima e inconstitucional, con la que pretende atornillarse en el poder a imagen y semejanza del modelo cubano que tantas veces Chávez confesó le recomendara Fidel.
De este modo, el gobierno no huye hacia delante como se cree, su absurda radicalización solo está hundiéndolo cada vez más profundo, naufraga en insostenibilidad, retardar el desenlace agrava las ya dramáticas problemáticas nacionales. Sin apoyo popular el régimen no puede esperanzarse en un fraude electoral, así quedó demostrado el 6D 2015, en todo caso, tendría que simular un proceso electoral manipulado al 100%, donde el gobierno imponga candidatos y electores, que es lo que pretende con la Constituyente. Así, el escenario posible es solo uno: La caotización del caos reinante… caotización que se mantendrá sí el gobierno logra calmar la calle o cambiará sí la presión social triunfa ¡Veremos! Leandro Rodríguez Linárez  @leandrotango
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