Decir adiós a The IT Crowd después de tantos años deja una sensación agridulce en el seriéfilo amante de las buenas comedias. Tras cuatro temporadas (la primera se emitió en 2006, la segunda en 2007, la tercera en 2008 y la cuarta en 2010) y un capítulo especial de larga duración ('Internet is coming' o 'The last byte'), los tres inadaptados del departamento de informática de Industrias Reynholm apagan las luces de su acogedor sótano rumbo a los amplios despachos de la planta superior.
Durante años las inseguridades, locuras, manías, fobias, alegrías y frikadas de Roy, Moss y Jen fueron delicatessen humorística para paladares selectos. El capitulo final, 'Internet is coming' (el título no es la única referencia a Game of Thrones del episodio), es un recordatorio de todo ello. Es Roy quien, tras vivir una delirante situación con un enano y perder a su pareja, verbaliza alarmado lo extrañas que son las cosas que les han sucedido a lo largo de los años. Es este irlandés, despistado, vago y "emocionalmente autista" el que recuerda la vez que fingió ser parapléjico y acabó en Manchester, por citar uno de los momentos más sublimes de la serie. "¿Has probado a apagarlo y encenderlo otra vez?" pregunta Roy en los últimos compases de 'Internet is coming'. una frase que para los amantes de las series asociamos inmediatamente a The IT Crowd y que es tan memorable como el "Estábamos tomándonos un descanso".
Jen, que nunca fue mi favorita pero que siempre me pareció graciosa de una manera necesaria y contrapuesta a la de los dos friquis con los que comparte espacio, también tiene su momento de gloria al rescatar, de sabe Dios donde, el internet.
La base en la que se asentaba The IT Crowd era sencilla pero efectiva, tres personajes, a cada cual más excéntrico, con claros problemas sociales y emocionalmente inestables eran llevados, en cada capítulo, a situaciones límite, a absurdas equivocaciones o a actos sociales en los que, por azares del destino, terminaban comportándose de manera inapropiada. Todo esto aderezado con referencias a la cultura popular y a lo tecnológico, y con la siempre refrescante presencia del gótico Richmond y los jefes de la empresa.
Referencias a Twitter con Chitter, Starbucks, los juegos de mesa, Anonymous, los vídeos virales, los meme y los videojuegos ... todos estos detalles son muy de agradecer por el seguidor de la serie. Este último byte es un autohomenaje constante y Graham Linehan, el creador, quiere que lo tengamos bien claro. Puede que el capítulo no sea perfecto pero es un cierre consecuente, hermoso y lleno de cariño para con los personajes y los fans. Nada sobra, nada falta. Echaré de menos ese sótano.