La produccción de alimentos necesita energía y recursos naturales. La cadena alimentaria, sin embargo, tiene muchas lagunas y grietas y una lacra, el despilfarro, que propicia la pérdida de enormes cantidades de alimentos que no llegan nunca a los hogares.
Sólo en Europa casi 88 toneladas de alimentos son pasto de los vertederos cada año. Un despilfarro insostenible e injusto que fomenta el hambre y la precariedad en el mundo entero.
El impacto medioambiental de estos alimentos desperdiciados es enorme ya que toda la energía y los recursos naturales utilizados lo son en vano.
Cada ciudadano europeo desecha o despilfarra 173 kilogramos de alimentos cada año.
El hambre y la inseguridad alimentaria crecen mientras muchos fondos de inversión utilizan los alimentos básicos para especular, es decir, se especula con sus precios para generar beneficios económicos sin importar el impacto que en las personas, generan este tipo de negocios.
El hambre se convierte así en un sencillo negocio que resulta infalible.
Wefood, para acabar con el desperdicio en la alimentación en Dinamarca.
Weefood es una cadena de supermercados creados por la ONG DanChurchAid, dedicada a luchar contra el hambre y la inseguridad alimentaria.
La primera tienda se abrió en Copenhague en 2016 y conoció un rápido y enorme éxito. Weefood vende alimentos más baratos que en otros supermercados, entre un 30% y un 50% , esto es debido a que estéticamente no son aptos para el comercio y algunos de ellos están caducados o a punto de estarlo.
Estos productos, en perfectas para ser consumidos, se recuperan entre los desechos de los supermercados clásicos. El trabajo lo llevan a cabo voluntarios, gente solidaria que trabaja para el bien común.
Los beneficios que genera el supermercado Weefood se destinan íntegramente a la propia ONG, que espera lograr que al menos 700.000 toneladas de alimentos se recuperen en toda Dinamarca reduciendo así el despilfarro alimentario.
La ONG tambien reúne fondos para ayudar a combatir el hambre en países como Etiopia y Bangladesh.
Dinamarca ha logrado reducir un 25% los desechos alimentarios en 5 años, en parte gracias a iniciativas como la de Weefood.
Otros países como Francia, obligan por ley a los supermercados a que ofrezcan los productos que no se venden a precios más bajos.
Si decimos con razón que la energía más limpia es aquella que no se consume, podríamos decir que los alimentos más sostenibles son los que acaban calmando el hambre de las personas y no alimentando vertederos.
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