En todo momento estamos eligiendo. Qué película ver, qué ejercicios hacer o qué bebida tomar. Y siempre queremos tomar mejores decisiones. Pero durante el embarazo, éstas aumentan su relevancia y se potencian a otro nivel. Nos damos cuenta que esas elecciones ya no sólo se refieren a nosotras, si no que involucran la vida de otra persona que depende completamente de lo que decidamos.
Las decisiones que tomes cambiarán el rumbo de tu embarazo, parto y tus primeros días como mamá.
Eso me sucedió cuando pensaba en la epidural. La verdad es que las jeringas y yo no somos buena pareja, así que la idea de inyectarme un medicamento pues no me encantaba. Sentía que debía de haber otra forma de sobrellevar esas sensaciones que según lo que había escuchado hasta ese momento, parecían ser tan tremendas. Sólo pensaba que si mi abuela que tuvo trece hijos había podido hacerlo, seguro encontraría la manera.
En el fondo había algo que me decía que podía lograrlo. Yo únicamente decidí seguir el consejo de esa vocecita que me repetía que no necesitaba medicamentos.
Me negué a ponerla la epidural.
Aunque no parecía tener sentido querer enfrentar aquellos dolores sin alguna ayuda extra, aquella decisión me sirvió para reconectarme con mi instinto. Con la convicción de que dar a luz es un poder transformador más que un pasaje oscuro del cual desentenderme. Fue darme cuenta que mi cuerpo podía sobrepasar mis temores creados.
Y esa conexión que pude desarrollar me ha servido también ahora que soy mamá. Y es que en el camino de la maternidad, frecuentemente nos topamos con pruebas que se resuelven de mejor manera si interiorizamos lo que realmente queremos para nuestro bebé y nuestra familia y actuamos instintivamente.
Además, realmente creo que -más allá de lo que la razón nos quiere dictar- cuando hacemos caso a lo que nuestra consciencia nos aconseja nos sentimos mucho más satisfechas con nuestras decisiones.
Tu instinto no se equivoca.
Si quieres tomar mejores decisiones, sigue tu instinto. Dar ese salto te llevará a pasos agigantados para resolver tus dudas de forma positiva. Para empezar prueba con cosas sencillas. Y siente. Date cuenta cómo te sientes después de haberle escuchado.
No siempre tenemos las armas -es decir las razones- que nos justifiquen ante otros, pero sobre todo ante nosotras mismas para hacer alguna “locura” pero en el fondo sabrás que eso es lo que deseas o lo que necesitas para encontrar tu camino. Después todo tendrá sentido.
Conectar con tu instinto para decidir sobre tu parto será como usar una varita mágica que te hará:
- Sentirte emocionada. La sola idea de iniciar eligiendo algo nuevo te llenará de entusiasmo al permitirte elegir lo que es correcto para ti.
- Conocerte mejor. Abrirás tu corazón a lo que realmente deseas y no lo que los demás esperan que hagas.
- Conseguir lo que deseas. Saliendo de tu zona de comodidad y arriesgándote a avanzar hacia adelante, buscando las alternativas que tú buscas.
- Sentirte libre. Liberarte del peso de la opinión de los demás y actuar conforme lo que tú quieres, manteniéndote fiel a tus ideas y principios.
La clave para tomar mejores decisiones.
Deja que tu intuición te señale el camino. Date tiempo para conectar con tu instinto. Y cuando tengas alguna duda, medítalo e interioriza tus inquietudes para encontrar la respuesta dentro de ti. Te darás cuenta que tomar mejores decisiones. Recuerda que ahora que estás embarazada, es un buen momento para desarrollar este súperpoder que te servirá para esos momentos en que debes elegir el futuro.
Deja que tu intuición te señale el camino.
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Es tu turno. Cuéntame algún momento en el que has tenido que tomar alguna decisión difícil en la que sin saber porque, eliges la opción que parece ser más insensata ¿Cuál fue el resultado? ¿Cómo te sentiste después de esa elección?